O5: Chocolate.

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Aquí volvíamos una vez más en el mismo embrollo  infantil de siempre.  Hermione, Luna y yo nos escondimos detras de las estanterías específicamente en la sección de las ranas de chocolate. Alzaba mi bufanda roja escarlata contra mi nariz enrojecida por el insolente frío que se colgaba por las ventanas, ni que diga  lo abarrotado que estaba el negocio esa tarde  con muchos niños estudiantes que era la primera vez que visitaban Hogsmeade en su escolaridad.

Los gritos, el tumulto, los movimientos apresurádos brotaban de los pasillos no se hacían esperar. Era nuestro momento perfecto de escapar.

Si tan solo me hubiese controlado de no lanzarle mi hechizo favorito a Malfoy por burlarse de Harry.

« Mocomurcielago ».

Grave error luego de dejarlo cerca de la casa de los gritos con ese espantoso estado, sus amigotes tomaron represalias para una venenosa venganza contra mi persona y las implicadas. Pobres Luna y Hermione las había arrastrado hasta esto.

— ¿ Creen que ya podemos salir?— susurro una castaña de ojos almendrados y cabello alborotado con voz preocupada.

— No los veo— era la voz de Luna con esa risueña sonrisa tan dulce como si todo este asunto le divertiese de verdad, sus ojitos saltones y azules parecian llenarse de brio como de emoción.

Yo Ginny Weasley por mi parte no me confiaba del nada que esas serpientes rastreras lo dejarán tan fácil, por supuesto eran Slytherin, la venganza era su pasatiempo favorito. No muy convencida hice seña a mis amigas  para dejar pasarme primero hacia la multitud de manera tan cautelosa con mi cabello rojo fuego ondeante haciendo contraste con mi bufanda,daba cada paso como si de una espia o detective muggle se tratase. Cosas que aprendí con Harry.  Mi corazón latia con tanta fuerza, mis azules agua se dilataban en cada paso que daba hacia la libertad o eso pensaba.

Estaba tan concentrada en reparar en dos cabezas azabache y otra morena.  Para mi alivio parecían no entrar en el negocio en el cual nos encontrabamos a escondidas. A punto de avisar a las chicas que salieran que había pasado aquél peligro.

Una mano me jalo con fuerza contra una estantería de plumas azucaradas. Aquellos ojos negros de basilisco me miraban con rabia, sin vergüenza y burla.

— Creiste que lo dejaríamos pasar Weasley — era la voz del ser que más odiaba en esta tierra si era posible. El muchacho Italiano Blaise Zabini,otra serpiente  asquerosa de Slytherin. Con su vanidad a grande decibeles, con su narcisismo de manera descomunal y su porte de “ Mirame soy lo mejor que hay nena”.

— ¡Apartate Zabini!— escupi con asco forcejeando para zafarme de su agarre brusco.

— No...— suelta una risilla agria y entretenida,su perfume caro se colaba por mis narices provocando un estado de sopor en mi. — Pagaras por lo que le hiciste a Malfoy — saborea la frase, jure ver el mismo fuego en sus ojos hambriento de venganza misma — Y no te preocupes por la sangre sucia de Granger y la Lunática Lovegood, no molestaran nuestro asunto — senti la varita contra una de mis congeladas mejillas.

Trataba inútil mente de forcejear, trazando entre mi abrigo un camino para buscar mi varita, esto se iria a poner muy feo.

En un movimiento me zafe y corri,esquivando ahora sus maldiciones para detenerme volvi al lugar de antes sin salida con mi respiración agitada me encorve hacia delante agudizando mis oidos a cualquier percanse.

Pero antes de que pudiese hacer algo más senti como algo impacto contra mi pecho dejandome casi sin aire me estrelle con una estantería y luego algo caliente, pegajoso cubria mi rostro, mis cabellos. Abri mis ojos ambientadome con los labios entre abiertos, ahi estaba aquel moreno con su sonrisa de auto suficiencia caminando hacia mi.

— Eres un desastre ;Weasley — chasqueo la lengua a escasos centímetros de mi. Me puse rigida al sentir su derecha contra una de mis mejillas sus digitos cinceleaban con destreza hacia la sustancia que se escurría hasta mi bufanda.

Mis labios se entre abrieron aún  más de manera involuntaria y mis mejillas arrebolaban a puro fuego. — ¿ Que...Que Haces? — balbucie de manera inevitable .

Llevo a sus labios sus dedos lamiendolos de manera tan lenta y comprometedora — Chocolate con Pelirroja — reafirma burlon — Sencilla mente adictivo...—  ante aquel susurro y ese aire de seductor infalible mis piernas se habían vuelto gelatinas.

«¿ Que me pasa? ¡ No me gusta esa asquerosa serpiente!»

Actue antes de parecer más imbécil blandiendo mi varita debido a su distracción arremeti contra él. — ¡ Petrificus Totalus!— habia dado en el blanco  no fue menos de un segundo que aquel moreno había caido en un golpe sordo y seco contra el suelo.

Lo más gracioso era que parecia un muñeco a gran escala. Con una sonrisita malévola limpie mi rostro lo más que pude y me agache repasando uno de mis digitos hacia la boca del moreno untada de chocolate.  De manera sin pensar lámi este mismo dedo que había estado ante en sus labios.

— La venganza es dulce — susurre divertida levantándome hecha un manojo de rabia, victoria y nervios. — Ahi te ves Zabini — recite arrogante caminando hacia la salida. Y las mejillas enrojecidas.

« ¿ Por qué había jugado de esa manera? ¡ Odio a Blaise Zabini!»

HP Shipps  - One Shots.Where stories live. Discover now