Capítulo 6

6.6K 646 293
                                    

lean la nota de autor del final porfiii 🙏🏼

┌──────── ∘°❉°∘ ────────┐
❝Fuera de lugar❞

└──────── °∘❉∘° ────────┘

      Le costaba admitirlo, pero estaba nerviosa.

Luna trató de darle ánimos apretándole la mano mientras seguían dentro del cuarto en el que McGonagall los había dejado; pero un vez que tuvieron que hacer una fila para dirigirse al comedor, los nervios regresaron.

En el fondo, esperaba quedar junto a Harry. Así se sentiría algo más segura. Aunque estar con Luna o Ginny no parecía mala idea; después de todo no hacía daño conocer a personas nuevas.

Atravesaron unas inmensas puertas de roble para entraron a un comedor enorme. Parecía que el techo era el mismísimo cielo nocturno —mostrando la estrellas, con velas flotando por sobre sus cabezas. Cuatro mesas muy largas estaban puestas paralelamente en las que los demás alumnos ya estaban sentados. En el fondo, había una tarima que tenía una mesa más pequeña en la que Lyra supuso que se sentaban los profesores y el director. En cada mesa habían platos y copas de oro vacías, pero, ¿cómo llegaba la comida a las mesas? ¿Volando? 

Se detuvieron. McGonagall puso un taburete frente a ellos y sobre él un viejo sombrero puntiagudo. Éste cantó una canción, pero Lyra estaba tan nerviosa mirando a su alrededor que casi ni la escuchó. No encontraba a Harry por ninguna parte. Aún así, cuando todos comenzaron a aplaudir ella lo hizo también, para seguir la corriente. Luego, McGonagall sacó un pergamino y se aclaró la garganta.

—Cuando diga sus nombres, se sentarán en el taburete y yo les pondré el sombrero, ¿entendido? —sin esperar una respuesta, comenzó a nombrar a los estudiantes.

Uno tras uno, los primeros estudiantes fueron seleccionados. Cada vez que a alguien se le asignaba una casa, una de las cuatro mesas largas estallaba en aplausos y festejos. A Lyra le temblaba el cuerpo entero, y lo único que la reconfortaba era saber que, por lo menos, le aplaudirían sin importar en qué casa quedaría. Aunque fuera sólo por educación, Lyra se sentía alivida por ello. Luna volvió a tomarle de la mano, y de pronto se sintió algo más tranquila. Del otro lado, Ginny también le dio ánimos, apretando su otra mano.

Tras unos cuantos estudiantes —un hufflepuff, dos ravenclaws y cuatro gryffindors—, llega su nombre.

—Dursley, Lyra.

«Lo malo de tener un apellido con D, es que es difícil alcanzar a copiar la tarea» recordó Lyra —una pequeña frase que su amigo Alex le había dicho una vez—, para luego reír con nerviosismo y avanzar hacia el taburete. Se sentó, y McGonagall le puso el sombrero.

«Mhmm... Una mente bastante interesante, sin duda —dijo una voz en la cabeza de Lyra, haciéndola sobresaltar—. Veo mucho valor, y también mucha determinación para lograr tus objetivos. Sin embargo, todo está muy reprimido. Tu personalidad encaja perfectamente para ser una digna Slytherin, pero hay un problema...»

«¿Qué problema?» pensó la chica, indignada comenzar mal. ¿Qué problema? ¡Ella era sensacional y perfecta!

«Eres hija de muggles, y en Slytherin ser sangre pura es un factor importante, pero no determinante —prosiguió el sombrero—. En Slytherin lograrás grandes hazañas, pero te enfrentarás obstáculos igual de grandes. Si los superas, destacarías de entre todos. La fama y el poder llegarán a tus manos; serías una bruja inigualable. Quién sabe, tal vez te conviertas en la primera Slytherin hija de muggles en veinte años»

Lyra Dursley ↪ HP [LD #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora