Capítulo 12

4.5K 532 141
                                    

┌──────── ∘°❉°∘ ────────┐

❝Cumpleaños, regalos y recuerdos❞
└──────── °∘❉∘° ────────┘

   Cuando sólo quedaban Harry y Lyra, Stan preguntó:

—Bien, Neville, ¿a qué parte de Londres?

—Al Callejón Diagon —respondió Harry. Se giró hacia atrás para ver a Lyra, que se había quedado dormida a pesar de todo el estruendo que hacía el autobús.

—De acuerdo, agárrate fuerte... —dijo Stan, antes de que el autobús acelerase. Harry, que se había instalado junto a Lyra, sujetó a su prima del brazo para que ésta no cayera al suelo por el impacto.

—Eh, Lyra, despierta... —Harry sacudió el brazo de su prima para hacer que abriera los ojos. Lyra frunció el ceño y se quejó, pero finalmente se incorporó en la cama, con un bostezo.

Ernie pisó el frento, y el autobús se detuvo frente al Caldero Chorreante.

—¿Qué... pasó...? —somnolienta, Lyra se dejó guiar por Harry hasta la calle, mientras que Stan llevaba sus baúles y las jaulas de lechuza fuera—Harry... Tuve un sueño raro. Tú estabas ahí. Y también la tía Marge. Y sus asquerosos perros. Y Dudley. Todos nos inflábamos como globos y nos perdíamos en el cielo... Fue horrible.

—Pero sólo fue un sueño —dijo Harry—. Gracias, Ernie —dijo antes de bajarse del autobús. Cuando estuvieron en la acera junto con sus cosas, se volteó hacia Stan. Éste le entregó una taza con chocolate caliente que Harry había pagado antes, y que luego le dio a Lyra. Ella se alegró por eso, y bebió un sorbo con una sonrisa—. Bueno, entonces, ¡adiós!

Pero el cobrador no apartaba la vista de la entrada al Caldero Chorreante, impresionado, sin hacerle caso al par de primos.

—Conque aquí están, Harry, Lyra.

Y antes de que se pudieran dar una vuelta, una mano se posó en el hombro de cada uno. Al mismo tiempo, Stan gritó:

—¡Caray, Ernie, ven aquí! ¡Ven aquí!

Lyra alzó la cabeza para ver de quién se trataba.

Y cuando lo vio seguía sin tener idea de quién era el hombre que estaba allí. Un viejo pequeño, corpulento, de aspecto cansado y vestido con una capa larga de rayas que parecía no haber dormido en días.

—¿Cómo ha llamado a Neville, señor Ministro? —preguntó el cobrador, nervioso.

El hombre frunció el ceño. —¿Neville? Es Harry Potter.

—¡Lo sabía! —gritó Stan con alegría—. ¡Ernie! ¡Ernie! ¡Adivina quién es Neville! ¡Es Harry Potter! ¡Veo su cicatriz!

—Sí —dijo el hombre, irritado—. Bien, estoy muy orgulloso de que el Autobús Noctámbulo haya transportado a Harry y Lyra a salvo; pero ahora ellos y yo tenemos que entrar en el Caldero Chorreante...

El hombre apretó más sus hombros, y ambos fueron guiados hacia el interior del Caldero Chorreante. Lyra, aún somnolienta, se dejó llevar porque tenía frío, a la vez que tomaba su chocolate caliente y pensaba en que ya quería irse a dormir. Tras ellos, Stan y Ernie transportaban los baúles y las jaulas de Harry y Lyra.

Un hombre encorvado, que portaba un farol, apareció por la puerta de detrás de la barra. A Lyra le pareció recordarlo como Tom, el dueño de la taberna.

—¡Los ha atrapado, señor Ministro! —exclamó él— ¿Querrá tomar algo? ¿Cerveza, brandy?

—Quizás un té —contestó el tal Ministro, aún sin soltar a los chicos. Tras ellos entraron Ernie y Stan, cargando el equipaje.

Lyra Dursley ↪ HP [LD #1]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon