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La taza no está allí la mañana siguiente.

Joel la ve en la basura cuando se acerca al frigobar, toma un pedazo de pizza fría y la muerde con gusto. Al llegar al comedor del hotel intenta desesperadamente ignorar al otro chico que ya está desayunando, pero sabe que no durará mucho. Erick no lo dejará.

— ¿Cómo puedes no calentar eso? —Erick pregunta con flagrante disgusto—. Eres un animal.

Joel respira hondo. Es Erick. Un Erick que arrancó su corazón y prácticamente se lo dio de comer, o algo así de melodramático, pero es Erick de todos modos.

— Se pone blando cuando lo calientas —argumenta sin darse vuelta, sirviéndose jugo de naranja de la mesa. Está bastante seguro de que el jugo de naranja y la pizza fría no van juntos, pero como sea—. Al menos de esta manera no está empapado ni asqueroso.

— No, solo frío y asqueroso —bromea Erick. Su voz está más cerca, y Joel cierra los ojos cuando unos brazos rodean su cintura.

Erick descansa su mejilla contra la espalda de Joel por un momento, permaneciendo en silencio mientras Joel vierte el jugo en un vaso. No lo suelta cuando Joel vuelve a dejarlo en la mesa, simplemente lo aprieta más.

— Buenos días —dice en voz baja. Esta es la manera en la que Erick se disculpa, Joel lo sabe. Siendo dulce y afectivo y adorable. Funciona, también. Joel puede sentir la humillación y la ira desapareciendo cuando Erick frota círculos justo por encima de su ombligo.

— Buenos —No está totalmente perdonado, así que Joel se desenlaza para llevar su pizza a un sofá y mirar en la televisión algunos dibujos animados sin sentido. No les está prestando atención, de todos modos, por lo que supone que en realidad no importa.

Escucha a Erick suspirar y luego un peso se hunde en el sofá junto a él. Sin embargo, no lo mira.

Se mete el último trozo de pizza en la boca y luego gruñe cuando Erick se amontona contra él, enganchando sus brazos alrededor del cuello de Joel para que no pueda escapar, incluso si quisiera.

— Deja de estar enojado conmigo —ordena Erick, presionando su cara contra el cuello de Joel. Su cabello está ligeramente húmedo en las puntas y huele a jabón y un poco a jarabe, lo que explica el plato que Joel vio sobre la mesa.

— No funciona así, Erick —resopla. Quiere empujarlo, pero al mismo tiempo no quiere que se mueva más.

Erick lo aprieta más fuerte. Joel puede sentir las pestañas de Erick contra su cuello.

— Sí, funciona así —argumenta—. Deja de estar enojado conmigo.

— No —La voz de Joel es firme y se niega a abrazar a Erick. Sin embargo, finalmente reconoce que está enojado, así que eso es una mejora—. Déjame.

Erick no se mueve por un largo momento, luego se inclina un poco hacia atrás, y Joel, estúpidamente, cree que realmente va a hacerle caso. Erick, en cambio, presiona sus labios pegajosos de jarabe contra la mejilla de Joel, permaneciendo allí por unos segundos antes de retirarse.

— Por favor, ¿deja de estar enojado conmigo? —pregunta, su voz más suave de lo que normalmente es.

— Eres un imbécil —murmura Joel, con los hombros caídos por la derrota—. No sé por qué te aguanto.

— Porque me amas —La sonrisa de Erick es un poco triste cuando Joel gira a verlo, por lo que inmediatamente mira hacia abajo. Mierda. No pensaba que era posible sentir su corazón rompiéndose.

— ¿Me puedes liberar ahora? —Suena como un animal herido, piensa, pero Erick se aleja de todos modos.

No va muy lejos, solo vuelve a acomodarse a su lado en el sofá. Después de un momento, vacilante, envuelve su brazo alrededor de la cintura de Joel, y Joel suspira y lo deja, su propio brazo deslizándose automáticamente sobre los hombros de Erick.

Se suponía que ser una superestrella internacional era más divertido que esto, pensó.

Telefonía |  Joerick Where stories live. Discover now