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El resto del día se siente puro tedio después de eso. Joel básicamente juega Angry Birds y se lamenta, porque por primera vez no tiene nada más que hacer.

Erick no actúa diferente, sin embargo, está alegre como siempre. Lo invita a su habitación con la propuesta de tomar té, y se niega a ponerle azúcar hasta que Joel lo golpea con una revista enrollada que estaba sobre la mesa.

— Buenas noches, Erick —Joel finalmente murmura, alrededor de las once. No se siente realmente cansado, pero si tiene que escuchar a Erick cantar junto a las canciones de la película, lo va a patear en la cabeza, está bastante seguro.

—  Buenas noches, Joelón —dice alegremente Erick, metiendo los pies en el cálido espacio en el sofá que dejó Joel—. Va casi al final. Te vas a perder la mejor canción, te aviso.

—  Erick, hemos visto esta película juntos seis veces —responde Joel con cansancio—. Probablemente podría recitar esa canción.

— Te reto a que lo hagas —dice Erick al instante, con una sonrisa en su rostro—. Haré la parte de Danny si tú haces la de Sandy.

— No harás tal cosa —insiste Joel—.  Me voy a dormir.

Erick prácticamente se levanta del sofá en un estallido de energía, agarrando los hombros de Joel y empezando a bailar alrededor de la habitación.

¡Tengo escalofríos, se están multiplicando, ¡y estoy perdiendo el control! —le canta a Joel, ignorando la mirada inexpresiva que Joel le está dando.

—  Erick —advierte Joel, negándose a dejar que sus piernas cooperen—. Para.

— Me hiciste perder mi momento, idiota —acusa Erick frunciendo las cejas—. Vamos, haz el papel de Sandy ahora. Dime que debo ponerme en forma, porque necesitas un hombre —Erick mueve las cejas sugestivamente y no es tan divertido como suele ser.

— ¡Me voy a dormir ahora! —Joel dice en voz alta, liberándose de los brazos de Erick. Se aleja deliberadamente, ignorando la mirada que le está dando Erick, suplicante y esperanzado.

— Pero, Sandy —Erick intenta, dando un paso adelante.

Joel mira hacia abajo.

— Déjame en paz, Erick —dice en voz baja—. Y tal vez piensa en por qué no quiero cantar una canción llamada 'Tú eres a quien quiero', contigo, en este momento.

Siente como si todo el aire hubiera sido expulsado de la habitación, y se forma un largo silencio. Esta vez, cuando dice que se va y se dirige hacia la puerta, Erick no lo detiene.

Telefonía |  Joerick Where stories live. Discover now