Telefonía | Joerick

12

Efectivamente, cuando Joel levanta su vista, la mirada de Zabdiel se mueve desde Erick hacia él y sus cejas se alzan más de lo que Joel las ha visto hacerlo nunca.

— ¿Tú y Joel están qué? — Joel pregunta con cuidado. Erick no lo mira, muy deliberadamente, pero Zabdiel lo observa fijamente. La conversación de Christopher y Richard se ha detenido y se siente como si todos estuvieran mirando a los dos.

—  Nada, no importa —murmura Erick, tomando un bocado de salchicha—. Olvídalo.

— ¡Ellos están-! —Zabdiel exclama antes de darse cuenta que tal vez no quiere gritarlo, aún si no hay mucha gente en el restaurante en este momento—. Están haciendo cosas —susurra moviendo sus cejas de manera sugestiva.

Christopher incluso baja el tenedor. Eso le dice a Joel más que nada cuánta información pueden transmitir las cejas de Zabdiel.

Richard y Christopher se inclinan hacia adelante al mismo tiempo, probablemente para asegurarse de que sus palabras no escapen de la mesa.

— ¿Haciendo cosas? —Richard pregunta, su voz en un susurro—. ¿Ese tipo de cosas?

— Sí, muy bien, Richard —dice Erick sin mirar a ninguno de ellos. Tiene las mejillas rojas, y parece estar muy interesado en el resto de su desayuno.

— Entonces, ¿qué, son como novios ahora? —Christopher pregunta. Suena más curioso que cualquier otra cosa, para nada acusatorio.

— ¡No! —Joel responde por él. No imaginaba tener esta conversación nunca, por lo que está bastante desconcertado en este momento, pero es natural defender a Erick—. Sólo somos amigos, ¿de acuerdo?

— ¿De verdad? —Zabdiel inclina la cabeza, con los ojos entrecerrados—. ¿Solo amigos? Porque ese no es realmente el comportamiento de amigos, Joel.

No suena enojado, no importa cuán duras parezcan sus palabras. Tal vez es porque se trata de Zabdiel, y Zabdiel tiene que esforzarse mucho para sonar algo más que moderado incluso en sus peores días.

— Sólo somos amigos —Erick declara, con un tono molesto en su voz—. Sólo somos amigos que a veces tienen sexo telefónico. No es para tanto.

Joel entierra la cara en sus manos mientras Richard lanza un grito de diversión y Christopher estalla en una carcajada.

— No sabía que le estábamos diciendo esto a la gente —le murmura a Erick, con la parte de atrás de su cuello ardiendo.

— Yo tampoco —responde Erick, su brazo retirándose de los hombros de Joel. Por lo que parece, se dirige a los otros tres—. No lo estaba planeando, solo... —Se interrumpe, y cuando continúa, suena tímido—. Solo pensé que Zabdiel podría darme consejos.

— Definitivamente no-.

— No ese tipo de consejos, Dios mío —se queja Erick, escondiendo su cara contra el hombro de Joel—. Consejos de vida.

Joel respira hondo. Esto es vergonzoso, es cierto, pero ha pasado todos los días con estos muchachos durante más de dos años y, si no puede confiar en ellos, no puede confiar en nadie.

— Realmente no es gran cosa —Joel concuerda, levantando lentamente el tenedor de nuevo. Su panceta se está enfriando—. Solo, ¿vieron que a veces estás caliente, pero tus pensamientos no son suficientes? Es así, pero alguien más pone sus pensamientos en tus pensamientos.

Se encoge de hombros, consciente de que en realidad no tiene ningún sentido.

— No es como si de verdad estuviéramos tocándonos —agrega.

Su boca se tuerce en un leve fruncido que espera que los demás tomen como una actitud hacia toda la conversación y no solo por el hecho de que él y Erick no se están tocando.

— No sé, eso es raro —Richard dice sin rodeos mientras Joel mete un tenedor en su boca para evitar responder. Erick responde por él.

— Richard, seamos honestos. Estamos hablando de Joel y yo. ¿Es raro? ¿Realmente?

Christopher parpadea y mira a ambos, entrecerrando los ojos ligeramente.

— Raro para ti y Joel, no. ¿Raro para un par normal de amigos heterosexuales? Un poquito, sí.

— Bueno, lo que sea —Erick se encoge de hombros, obviamente terminando con la conversación—. No va a afectar al grupo ni nada. Lo tenemos bajo control.

Es una mentira, y Joel lo sabe, pero solo toma otro trago de jugo y permanece en silencio.