Todas las tardes Hoseok regaba los girasoles y les hablaba de todo tipo de anécdotas graciosas, en lo que Hoseok estaba con las flores Yoongi permanecía en el salón, viendolo por la ventana.
-¿Terminaste de regar esas cosas?-. Intervinó Yoongi sentándose en el pasto.
-He terminado-. Finalizó dejando los instrumentos de jardinería en el almacén.
El castaño tiro las cosas del almacén haciendo un gran alboroto, Yoongi corrió hacia el lugar encontrándose a Hoseok hincado, con una mano en su pecho.
-¡Hoseok! ¿Estás bien?-. Preguntó exaltado el mayor mientras se acercaba rápidamente al menor.
La respiración del castaño se hacía más agitada.
El dolor fue tanto que hizo que quedará inconsciente.
-...hmmm...¿Donde...donde estoy?-. Preguntó Hoseok en la camilla de la enfermería.
-¿Estás bien?-.
-Estoy mejor Yoongi hyung, perdón por haberlo asustado-.
-Eso es lo de menos ¿Qué es lo que pasó?-. Cuestionó preocupado el mayor.
-¿Hmm?...son dolores de pecho, los tenía cuando era pequeño, dice mi madre que son normales así que no te preocupes hyung-. Respondió Hoseok levantándose de la camilla-. Será mejor ir a casa ¿Nos vamos?-.
-Vamonos-. Respondió dudoso.
Los chicos tomaron sus manos discretamente, dándose el uno al otro una tierna sonrisa mientras el sol iluminaba sus rostros.
Los días pasaban y los girasoles crecían más y más, al igual que los dolores, cada vez mas frecuentes y más dolorosos.
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Está respuesta hizo que Hoseok saltará de alegría, por fin, por fin podría ver a su abuela después de 8 largos años y el ansiaba que fuese en su cumpleaños, tan solo faltaban 5 meses para ello.
