Los chicos caminaban por las calles de Seúl, mientras Jungkook y Jimin se hacían bromas, Hoseok y Yoongi caminaban con las manos entrelazadas.
El cielo se tornaba de un color rosado y naranja con toques rojizos, el atardecer se había acercado.
—Mañana vendremos a verte hyung—. Dijo Jimin abrazando al castaño.
—Mañana no tendré terapia Minnie, sólo me tocan los sábados—. Respondió el castaño acariciando la cabellera del rubio.
—¿Quien dijo que iríamos al hospital?—. Interrumpió Jungkook con obviedad.
—Iremos a tu casa hyung—. Volvió a decir Jimin soltándose.
Hoseok miró confundido, le agradaba la idea de pasar el día en casa junto a los chicos, pero no sabía cómo reaccionaria su madre.
Un coche tocaba su claxon para indicar que Jimin y Jungkook subieran al automóvil.
—Nos vemos Hobi hyung y Yoongi hyung—. Se despidieron ambos ingresando al auto.
Después de la despedida de los pequeños hubo un silencio, un silencio que el estómago de Hoseok interrumpio de manera improvisada.
Yoongi miro con ternura al castaño quien hizo un lindo puchero, inflando sus cachetes rojizos pareciendo una linda ardilla.
—Vamos a comer, te invitó lo que quieras—.
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La escuela era tediosa, Hoseok comenzaba a debilitarse poco a poco pero lo podía controlar, y al mismo tiempo su amistad con Taehyung era cada vez más fuerte.
Las miradas y amenazas de Minsoo hacía el mayor, hicieron que el peliazul sospechara sobre la morena parando así sus abusos verbales hacia el castaño.
Yoongi pasaba más tiempo con Hoseok fuera del instituto, paseando constantemente, citas y citas.
Los días pasaban rápidamente, las visitas de Jeon y Park eran seguidas.
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—¿Te sientes mejor?—.
—Lo estoy...—.
Yoongi miro a Hoseok con tristeza, sonrió y salió de la habitación para encontrarse con Jin.
—¿Qué paso Yoongi?—. Preguntó SeokJin acariciando la espalda del menor.
—No sé que está pasando con él, hace un mes estaba bien, pero...hace 2 semanas lloraba por los dolores de las articulaciones, todas las noches tenía fiebre y pareciera que las terapias no ayudaban, todo lo vomitaba. —Respondió el azabache con mucha preocupación. —Solo quiero que vuelva a hacer el mismo de antes—.
—Todo estará bien Yoongi, Hoseok es un chico fuerte....Y sabes, está bien llorar de vez en cuando—. Expresó Jin acariciando ahora la cabellera negra del menor.
—No lo haré, no lloraré—.
Hoseok dormía en su habitación, esperando que el día siguiente fuera mejor que el anterior, esperando poder regresar a la escuela, sin saber que eso estaba lejos de ser realidad.
