El Deseo.

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NARRA VEGETTA:

Luego de colgar el teléfono, me había alistado a toda velocidad con lo primero que tenía a mano, tomé las llaves del coche y de la casa y volé hacia la disco a la que sabía que mis amigos paraban seguido. Con solo oírle en ese estado imaginé que estaba muy mal y solo cuando ya estaba manejando pensé en lo que hacía... ¿De verdad me había llamado para que vaya a por él? ¿No estaba cabreado conmigo? ¿No me odiaba? Yo habría jurado que era así, que me detestaba y no quería verme ni en figuritas, pero me llamó para pedir mi ayuda...

Como si yo pudiera negarme.

Pisé el acelerador un poco más, realmente nervioso y preocupado al imaginármelo descompuesto o tirado entre una multitud de gente hasta las narices de alcohol, como cuando me lo encontré en mi baño. Un puño me apretó el estómago e incluso aceleré aún más, ignorando las precauciones que tenía siempre al conducir. Pero además de querer asegurarme de que Alex estaba bien o de ayudarle, también quería verle, para qué negarlo. Después de lo que habíamos hecho, me debatía en una lucha interna, entre la amistad valiosa que él significaba para mí y el deseo incontrolable que ahora me despertaba con tan sólo recordar su cuerpo debajo del mío. Todo el bendito día me lo pasé pensándole de esa manera, sin poder evitarlo, y estaba realmente furioso conmigo mismo. Estaba seguro de haberme cargado una gran amistad y me odié por ello. Me sentía enfermo, todo el día se me partió la cabeza con la tensión que le cargaba a mi espalda. Hice un esfuerzo sobrehumano para grabar los videos del día, tratando de que mi malestar no entorpeciera mi trabajo...tratando de distraer mi mente con cualquier otra cosa que no sea el sabor de su piel, que todavía permanecía en mi boca...

Pero bastó una breve llamada para que corriera a su lado. Al fin y al cabo, mi instinto y mi preocupación pudieron más que mi sentido común y me impulsaron hacia él.

Cuando llegué por fin a la disco, me encontré con Stratus y Fran cerca de los VIP donde solían quedarse y al instante busqué a Alex, pero al no verle con ellos entré a desesperarme. Se sorprendieron de verme allí y por suerte se me había ocurrido aquella mentira, una que nos libraba, de momento, de una explicación. Supuse que Franki no entendería ni medio, pero no me quedaba otra opción si quería evitar que se enterara de parte de la verdad o que sospechara que algo no encajaba; él era muy listo y pareció desconfiar un poco de mis palabras, pero no dijo nada más y se dedicó a buscar a Alex por los alrededores junto con Stratus.

Al cabo de unos minutos le vi acercándose hacia nosotros y mi corazón casi se infarta; estaba muy mal, incluso bajo las luces y lásers de colores pude notar su palidez, más de la habitual en él, en un rostro que no había visto nunca, y eso que varias veces le había visto enfermo. Quedé clavado al suelo al verle así, casi helado, pero bastó que un rubio se le acercara demasiado para que mi sangre volviera a bullir como lava. Al instante me abalancé hacia adelante, aguantando las ganas de bajarle los dientes al rubio pijo ese que se había pegado a Alex como una alimaña. Me dio asco de tan solo pensar en que un idiota como ese tuviera esas intenciones con él, pero cuando Alex me miró recordé lo hipócrita que estaba siendo, cuando yo mismo me había atrevido a hacerle algo tan vil como lo que el rubio quería hacerle...y yo era su amigo...

Por suerte pude sacarlo de allí sin más problemas, esquivando preguntas y miradas incomprensivas por parte de nuestros amigos que no entendían nada, pero cuando se me quedó mirando fijo cuando nos apartamos luego del abrazo junto a la vera del camino yo... Mi entereza se fue a tomar por saco...en un chasquido. Sólo hizo falta sentir su menudo cuerpo pegado al mío para quebrar toda mi voluntad y espantar cualquier duda que yo tuviera respecto a cómo le miraba luego de anoche...

Y ahora...ahora...lo tenía enfrente, casi desnudo, acercándose hacia mí...despacio. Su cuerpo...era precioso, ahora podía verlo con mayor detenimiento incluso en la penumbra de mi habitación, aunque lo bastante iluminada por las luces de fuera que entraban por la ventana como para poder apreciarlo en detalle; su piel era muy pálida, casi nívea, transparente, su contextura era atlética, con los abdominales, los pectorales y los bíceps apenas marcados, las líneas de su vientre...con tan sólo verlas me volví loco. Sus labios carnosos entreabiertos, sus ojos eran inquietantes, enmarcados por unas pestañas casi femeninas y esas cejas gruesas y delineadas que le daban a su mirada más dureza de la que él era capaz de tener hacia alguien. Joder...y sus muslos...torneados, firmes, en armonía con su cintura marcada y sus caderas redondeadas... Era... Era precioso. Un muñeco de porcelana, delicado y hermoso.

"La Cura Perfecta". *( #VEGEXBY )* - #FBLA19 -Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ