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Búnker 1002.
A las afueras de la trinidad.

02/2056.

Actualidad

Él no era gran cosa, o al menos no se sentía así. No era inteligente como Ryder, impertinente como Daren, adorable como Chloe, bueno en las artes de pelea como Piper, ni con poderes mentales como Ela. No tenía nada para poder salir de aquella habitación que lo tenía prisionero.

Y ahora que sabía que sus amigos corrían peligro más que nunca no pudo evitar el llanto toda la noche. ¿Qué podía hacer para salir de aquella prisión? No lo sabía, o al menos no quería saberlo.

No había estado despierto en las madrugadas debido a que aquello le recordaba las noches largas donde se quedaba charlando con sus amigos, y con Ela. No sabía si su puerta seguía abriéndose todas las madrugadas a la misma hora por los mismos minutos exactos. Pero debía saberlo.

Sus ojos parecían brillar como los de un gato en la oscuridad de aquella sala. Miraba a la puerta fijamente esperando a que algo sucediera. Miró el reloj que estaba en su muñeca, aquel que habían puesto de nuevo, pero este tenía algo que lo hacía diferente a todos los demás, faltaban dos minutos para que la hora indicada llegase. Y llegó.

Se levantó de la cama apresurado, pero conforme se iba acercando a la puerta sus pasos se hacían más lentos y pesados. La puerta de Ela también se abrió, y esta estaba igual a como la había dejado la noche donde todos se fueron. Lo alcanzaba a ver, o al menos eso quería creer.

Llegó a la puerta, y asomó la cabeza en la espera de encontrar dos cuerpos fuera haciendo guardia para que no se fuera. Pero no había nadie.

Sus pasos fueron ligeros después de eso, corrió a lo largo del pasillo ahogando el sonido de sus pies chocando contra el suelo con movimientos agiles. No podía usar sus poderes, o al menos eso le habían dicho.

Pero también le habían dicho que lo vigilarían todo el tiempo, que Ela estaba en la habitación de enfrente y que había muerto. ¿Cuántas cosas podían ser reales en aquellas palabras?

Se detuvo en seco en una intersección de dos pasillos, suspiró y recordó la manera correcta de usar sus poderes. Audiokinesis, la que menos energía gastaba en él y la más útil cuando se debía esconder. Amplió el sonido de ambos pasillos y se relajó cuando funcionó aquello que él pensaba.

El sonido más fuerte de voces provenía del pasillo de la derecha, así que con toda seguridad continuó por la izquierda.

El sonido más fuerte de voces provenía del pasillo de la derecha, así que con toda seguridad continuó por la izquierda

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— *¿Cómo? * — preguntó Ela.

— *¿Cómo sabes la existencia de esa clasificación, Ela? * — La chica tragó saliva.

— *En uno de las primeras salas donde entramos había una computadora, donde vimos nuestras fichas de vida y todo eso. Encontramos tu ficha al buscar el nombre de mi madre, dejando de lado su nombre y que era tu moderadora, vimos que aquella ficha tenía contraseña. Después de buscar por todos lados encontramos un anagrama en las fichas de papel del primer intento. Piper llegó a la conclusión de que éramos Omegas por ser el fin de la raza humana*

TormentoWhere stories live. Discover now