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Las luces de toda la explanada se encendieron, una por una mostrándole a la oscuridad que no era rival para todos los guardias de aquel lugar y nada los iba a detener con su labor de cuidar ese recinto. Madeline esperaba del otro lado de una puerta de alambre de metal intentando no ser vista por el faro en lo alto del edificio principal. Leila llegó a ella sigilosamente, y rápido comenzaron manos a la obra.

— Sentí que tardaste una eternidad —murmuró Maddie desde el otro lado de la valla.

— Yo siento que el corazón se me va a salir —aceptó la castaña.

Maddie observó el candado en la puerta, parecía muy poca seguridad para un lugar tan resguardado como aquel, pero aún así lo partió con facilidad con ayuda de don llaves inglesas.

— Rápido —apresuró la moderadora— Podremos entrar con facilidad a la morgue, el asunto de la salida lo solucionaremos dentro.

Corrieron tan rápido como sus piernas y la oscuridad las dejaba, pero de lo que ninguna de ellas estaba consciente era que varios metros bajo sus pies Mateo y Hart charlaban en una habitación, la habitación de vigilancia principal.

Nuha y Byron tuvieron razón todo el tiempo, sus sospechas eran ciertas. Hart había contratado un Omega para poder alterar los brazaletes de todos y poder escuchar lo que decían, además de alterar su mecanismo e implementar una cámara en aquellos. Sabía todos los planes de Leila, sabia lo que había pasado físicamente con Nuha y Byron y peor aún, sabía donde habían estado por ultima vez los Alphas gracias a la visita de Nuha.

— Siempre me han gustado las mujeres decididas — habló Hart en dirección a Mateo, el cual se encontraba en una silla de metal en la parte trasera de la habitación, observando todo el panorama de la cámara del brazalete de su esposa — Veo que a ti también.

— No le hagas nada, todo fue mi idea — suplicó el hombre.

Trató de ponerse de pie, pero el soldado negro junto a él le apuntó mejor con el arma avisándole lo que pasaría si trataba de levantarse.

— Eso es en vano conmigo, Mateito. Lo sé todo. —la mano derecha de Hart viajó a su brazalete en la muñeca izquierda, presionó un botón y comenzó una breve llamada con el líder de los soldados negros— Necesito una tropa de soldados negros en la morgue. — miró a los ojos a Mateo y prosiguió — Traigan viva a la intrusa, la moderadora no me importa.

Mateo sintió un golpe en el pecho al escuchar aquello, debido a la adrenalina salió disparado de la silla en dirección a Hart para poder cambiar sus ordenes de alguna forma, pero no obtuvo más que un disparo del taser paralizador del soldado, el cual lo lanzó al suelo desmayado.

— Ve por alguien más que te ayude a llevarlo a enfermería —ordenó el hombre de traje—. Y diles a las enfermeras que si pregunta por su esposa hagan como si ella no hubiese existido. Solo hasta saber si sobrevivió.

 Solo hasta saber si sobrevivió

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TormentoWhere stories live. Discover now