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Búnker 1002.

A las afueras de la trinidad.

Año 2038.

¿Qué se puede hacer cuando el grupo está más que roto? ¿Cómo poder unir a un grupo de nuevo con el vacío de un miembro? El luto parecía más grande de lo que debería.

Bae pensaba que era una total pérdida de tiempo. No quería llorarles a los muertos, no quería perder el tiempo en aquello. Obviamente le dolía, pero el tiempo era oro, y él lo sabía más que nadie.

Gi solo podía llorar, un mar de lágrimas tras otro. Quería tallarse los ojos lo más fuerte que sus manos delgadas la dejaran y despertar en su litera con Lu bajo su cama, pero cada vez que separaba sus manos del su rostro y veía el panorama en el que estaba se sentía más rota que antes.

Vee y Jack trataban de mantener la mente ocupada, dándole vueltas a como escapar de ahí. ¿Haciendo daño? «No somos asesinos, Jack» respondía la peliblanca a aquella petición.

— No lo somos, pero ellos sí. ¿Qué va a pasar cuando todos muramos y solo quede uno de pie? ¿Me voy a rendir a entregarme a ellos para que hagan de mí su marioneta?

La peliblanca puso sus manos en la nuca de Jack, tratando de relajarlo, moviendo los dedos y presionando en su piel— No estoy diciendo eso, Jack. Solo digo que matarlos a diestra y siniestra no nos va a funcionar, ellos son más.

— Pero ellos no tienen algo que yo sí — el chico de cabello castaño alejó el contacto que la más baja del grupo tenía sobre él.

— ¿Soberbia y un pésimo dominio en tus emociones? — Jack giró la cabeza bruscamente clavando sus ojos grises en los de Bae.

— ¿Te quieres poner a pelear conmigo, rubio? — los ojos de Jack se tornaron en su totalidad a un color blanco, borrando el gris oscuro del iris y la pupila.

Bae sonrió, levantó su dedo índice de la mano derecha y ladeo la cabeza a su lado izquierdo — Eso mismo te pregunto. — en la punta de su dedo, una esfera roja brillante, que hacía el mismo sonido de un taser al ponerse en funcionamiento.

Las gruesas cejas de Vee se levantaron, a la par que sus ojos se abrían con terror. Quería detener aquello, pero si se metía en medio podía salir perjudicada.

Gi levantó su mano izquierda, haciendo un campo de fuerza en medio de los dos chicos, con la mano derecha lo separó en dos y con ambas manos golpeó al rubio y al moreno con las esferas. Lo que provocó que los ojos de Jack regresaran a la normalidad, y la esfera de Bae fuese apagada.

— Gracias, Gi — agradeció la peliblanca ante aquel acto — ¿Pueden dejar de actuar como si nosotros tuviésemos la culpa?

— Vee tiene razón, — Jack se puso de pie, dejando la mesa de metal soldada al suelo lejos de su cuerpo al caminar en dirección a Ron — No es nuestra culpa.

Ron levantó la vista. Había estado tan callado y tan ausente todo aquel tiempo, no quería decir nada debido al temor de desatar aquello. Estaba seguro más que nunca que Jack se le tiraría al cuello cuando tuviese la primera oportunidad. Y esa oportunidad había llegado.

— Jack... —Vee trató de detener lo que se avecinaba—...no.

—Lu seguiría viva si nuestro amigo, Ron, no hubiese tratado de enfrentar a los moderadores en primer lugar. — Gi levantó la vista, sin expresión alguna en el rostro — ¿Cómo se siente ser el culpable de la muerte de tu mejor amiga? — inquirió el pelinegro levantando más la voz — ¿Qué se siente haber roto el grupo? ¡Éramos un maldito equipo que tú destruiste! — El dedo índice de Jack apuntó a Ron sin pensar. — Nadie debió creerte con que serías capaz de lograrlo sólo. ¡Eres un puto estorbo!

TormentoWhere stories live. Discover now