Chicago Needs You [Kelly Severide]

¿Vee Dawson?

-Hermanita-Dijo Antonio que me abrazó en cuanto los niños me soltaron.

-Te he echado mucho de menos-Le contesté casi al borde de las lágrimas.

-De seguro no tanto como nosotros-Dijo aún sin soltarme.

Nos sentamos en una de las mesas de la cafetería para poder desayunar los cuatro.

-Os he traído unas cositas niños-Les dije a Diego y Eva.

-Enserio?-Dijeron ambos muy emocionados.

Entonces abrí mi bolso y de él saqué una pelota de beisbol firmada por Gary Sánchez, el jugador favorito de Diego.

-Será una broma?-Dijo Diego-No es su firma verdad tía Vee?

-Claro que si Diego, la conseguí para ti-Dije con una gran sonrisa.

Diego aún en shock volvió a abrazarme y besarme por toda la cara.

-Muchas gracias tía Vee, eres la mejor-Dijo muy agradecido.

-Eva pero de ti no me he olvidado eh-Dije ya que me estaba mirando en plan, y a mi no me has traído nada?

-Sé que estás empezando en esto del maquillaje, porque mi sobrina favorita ya es una mujercita así que te he traído esto-Dije sacando una paleta de sombras de NYX y un pintalabios de la misma marca.

-Bua, no puedo creerlo!-Dijo casi gritando-PAPÁ! Maquillaje de NYX! OMG!-Le dijo a Antonio y este la miró extrañado pues él no entendía del mundo de la moda.

-Tía Vee como te hemos echado a faltar-Dijo Eva.

-Y yo a vosotros-Dije sonriendo.

No tardamos mucho en irnos de la cafetería, ya que Antonio tenía que llevar a los niños a la escuela y de camino al trabajo me dejaría en casa de Gabby.

-Segura que no quieres ayuda con nada?-Preguntó.

-Antonio, tranquilo, estaré bien vale?-Dije riendo.

-Ya se que estarás bien, siempre has sabido cuidar de ti misma, solo que ahora que estás aquí, los tres hermanos Dawson vuelven a estar juntos de nuevo y no quiero que nada vuelva a separarnos.

-No va a ocurrir nada-Dije segura-Si necesito algo serás el primero al que llamaré vale?

-Está bien-Dijo más tranquilo.

Cogí como pude las dos maletas que traía y subí hasta el octavo piso obviamente en ascensor, Gabby le había dado una copia de las llaves a Antonio y él me las dió a mi hace un rato, así que pude entrar en el apartamento sin ningún problema.

Todo estaba prácticamente igual que la última vez que vine a visitarla, no era muy grande, dos habitaciones, un baño, una cocina bastante práctica y un salón en el que cabía poco más de un sofá grande y un mueble para la televisión.Durante parte de la mañana estuve deshaciendo la maleta y colocando algunas cosas ya en la habitación, tampoco quiero decorarla mucho, ya que no estoy segura de si quedarme aquí mucho tiempo, alomejor cuando ya trabaje y tenga algunos ahorros pueda permitirme el lujo de alquilar un pequeño apartamento o me las arreglaré, tampoco quiero ser un estorbo para Gabby y Matt, ellos son una pareja joven y también necesitan su intimidad.

Me senté durante un rato en el sofá para poder hablar con mis amigos y explicarles en la situación que me encontraba, pues como esto de venir a Chicago fue una decisión que tomé de la noche a la mañana no me dió tiempo de despedirme de todos ellos.

Se acercaba la hora de la comida, pero como no me apetecía comer sola mi primer día aquí, decidí darle una sorpresa a Gabby, pedí un taxi directo al parque 51, el lugar donde mi hermana y su marido trabajaban, al bajarme del taxi pagué lo que me correspondía y pude darme cuenta de que los camiones de bombero y la ambulancia no estaban, de seguro habrían tenido un aviso y acudieron a él, entré dentro del parque efectivamente no había nadie, tan solo los que trabajaban en la oficina, llamé a la puerta del Jefe Boden, con suerte si que estaba allí, y cuando me dio permiso para entrar quedó muy sorprendido al verme.

-Vee Dawson?