Haremos lo que podamos

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Se acercó a mi oído y me susurró algo.

-Entonces cómo podría volver a hacerte lo de anoche?-Dijo muy flojo con un tono seductor, lo que me hizo soltar un insonoro gemido.

-Te lo dije, no volverá a pasar-Y me levanté a por algo de comer, aquella conversación no estaba tomando un buen rumbo.

Cogí otro par de tortitas, aunque ya estaban frías, pero alguien se había comido las que me había servido antes del aviso y tenía hambre.

-Felicidades por tu primer aviso-Dijo Jimmy, el nuevo bombero, que se había puesto a mi lado.

Un instinto me dijo que mirase a Kelly, y aunque él no me miraba directamente se que tenía puesta la oreja en la conversación que estaba teniendo con Jimmy, el porque, no lo sé.

-Gracias-Le dije sonriendo.

Él también me devolvió la sonrisa, vaya tiene una sonrisa muy bonita, en verdad el tal Jimmy no está nada mal, está bastante fuerte, y está impregnado de belleza, de eso no cabe duda.

-Sabes? Mi hermana, Herrmann y Otis tienen un bar-Le informé-Principalmente acuden bomberos, así que supongo que tu también podrías ir.

-Y como se llama?-Preguntó.

-Molly's.

-Pues tal vez me pase-Volvió a sonreír.

-Brigada vamos a dar un paseo-Se levantó Kelly de repente.

Entonces Cruz, Capp, Jimmy, y Ferraris persiguieron a Kelly hasta la cochera, donde minutos después el camión de la brigada salió del parque.

Durante la mañana tuvimos un par de avisos más, aunque sin importancia, no eran más que yonquis con síntomas de hipotermia por el frío del invierno en Chicago o una pierna rota por carse por unas escaleras mientras jugaban al pilla pilla.Pero el aviso gordo por así decirlo vino a eso de las cinco de la tarde, cuando la mayoría estaban durmiendo la siesta o mirando la televisión, entre las que yo me incluyo, al parecer había una persona atrapada, no nos dieron más información, pero si hicieron ir a los bomberos y a la brigada de rescate es porque algo grave había pasado.

Hoy podría ver en acción a todos y lo podría vivir en primera persona, cada uno se metió en sus respectivos vehículos, y pude observar como todos los hombres con una rapidez de flash se pusieron el traje compuesto por los pantalones y el chaquetón, la ambulancia salió primero seguida del camión 51 y la brigada 3.Llegamos al lugar del incidente, uno de los chicos que había presenciado todo lo ocurrido nos lo explicó, una máquina trituradora le había enganchado el pantalón a un hombre arrastrándolo también de las piernas, y las anteriores nombradas ahora estaban atrapadas en las cuchillas de la máquina.

-Está perdiendo mucha sangre-Dije-Entrará en parada en cualquier momento.

-Bien dicho Vee-Dijo Sylvie-Ponle 50 miligramos de morfina.

Fui a por el botiquín y en una jeringa puse lo que la sanitaria me había dicho luego se lo inyectamos a la víctima y la estabilizamos por si la caída le había causado algún daño en la columna vertebral.

-Sacadlo rápido, no creo que aguante mucho más, y ni siquiera sabemos si podremos salvarle las piernas-Le susurré a Kelly para no alarmar al paciente.

-Haremos lo que podamos-Respondió.

Estuvieron debatiendo durante unos segundos el método para sacar al hombre, hasta que decidieron desmontar la máquina, desde el motor para poder extraer las cuchillas y así sacar con mayor facilidad al hombre.

-Traeré la tabla espinar con la camilla-Dijo Sylvie-Cruz ayúdame-se dirigió al bombero-Tu Vee, tranquiliza al paciente.

-Vale-Le contesté y ella se alejó con el bombero.

-Como se llama?-Le pregunté.

-Chuck Morrison-Contestó-Voy a perder las piernas verdad? Me quedaré en una silla de ruedas de por vida!-Se alteró, pero se notaba el miedo en su voz.

-Chuck escúchame, no vas a perder las piernas, tenemos los mejores hombres del mundo trabajando para ello, así que creeme cuando te dije que en un par de semanas o días volverás a ser el mismo que hace un par de horas, te lo prometo.

-Listo, levantamos las cuchillas-Dijo Kelly.

Sylvie ya tenía la camilla preparada, teníamos un par de bomberos más al lado para poder coger al hombre inmediatamente y tumbarlo, así que en cuanto Kelly y Capp cogieron las cuchillas, entre tres hombres cogieron al hombre y empujaron la camilla hasta la ambulancia.A pesar de que me hubiera gustado a mi poder atender al hombre en la parte trasera de la ambulancia, Sylvie se encargó de ello, mientras yo conducía e íbamos al Med.

Con suerte los médicos dijeron que no había ningún nervio aparentemente muy dañado y que se salvarían ambas piernas, lo que me alivió ya que le había prometido una cosa al hombre que ni siquiera sabía con certeza cómo acabaría la situación.

Chicago Needs You [Kelly Severide]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora