Parte 11

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Ambos se sentaron en el sofá, donde se encontraba un retazo de tela que Inglaterra estaba tejiendo.

América: Inglaterra, serías una excelente madre.

Inglaterra: América te dije que eso no es posible...

América: Lo sé, pero te lo imaginas, niños nuestros corriendo por la casa, que se parezcan a

nosotros...cantarles las canciones de mamá ganso que me cantabas de pequeño, tejerles su ropa, cuidarlos y criarlos...

Inglaterra: ¿Un pequeño tú? ...sería muy lindo...enseñarles de jardinería, tejer, un inglés perfecto, pasearlos...que juegues con ellos...(sonrió)

América: Ves que sería hermoso tener niños.

Inglaterra: Eso es imposible, somos naciones no humanos y encima somos hombres...

América: Se de lo que hablas, pero tengo un deseo...

Inglaterra: ¿De qué hablas?

América: Un secreto... Luego te lo contaré...

El británico no pudo comprender esas palabra,luego la joven nación se fue a descansar junto al

británico, estaba muy feliz mientras abrazaba al inglés, se decía, esto será para los dos.

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Ya han pasado siglos desde estos acontecimientos, nos encontramos en España, en la plaza de Madrid, una joven está sentada en un café que hay en la esquina de la misma, ella ordenó té y unas galletas, su forma de tomar es elegante, tiene dos coletas que sujetan su cabello color de las hojas de otoño, su cabellera llega hasta su cintura, no es muy alta pero es delgada, una piel blanca, unas manos delicadas, unos ojos verdes esmeraldas miran su té, se arregla su falda de color negro, tiene un hermoso abrigo verde que estaba en su silla, su blusa es blanca y un bolso a su lado.

Giovanni:  Alice (acercándose a la joven) lo siento por llegar tarde... (Agitado)

Alice: Esta es la cuarta vez (mirando seria al joven de ojos azules)

Giovanni: Lo sé, perdoname...es solo que no pude salir antes del trabajo...yo lo siento...

Alice (parándose): Lo siento también... No me gustan estas cosas, adiós.

Mientras se marchaba el joven iba a su atrás diciéndole - Alice, espera- cuando la joven se detiene, siente que alguien le observa, una mirada que la perturba, la inquieta, pero la siente familiar, Giovanni aprovecha esa pausa para alcanzarla.

Giovanni: Alice, perdoname...no volverá a suceder...

Alice: Esta bien, solo porque el té de éste lugar era bueno y me lo recomendastes tú.

Giovanni: Gracias (abrazándola) Alice vamos a pasear un rato, es hermosa la ciudad.

Alice (tomándole de la mano): Tienes razón, sólo nos quedan días de vacaciones en España, hay que disfrutarlo (sonrió).

Mientras él se acercó y le dio un tierno beso, cuando se alejaban había un hombre que los observaba, apretando sus manos se dijo- te encontré.

Mi deseo, Tu deseoWhere stories live. Discover now