Mi nombre es Mustafa, fui el favorito de mi madre y de mi padre, fui criado para gobernar el mundo.
Vi la tristeza, el dolor y la envidia que guardaba este Palacio, vi sufrir a mi abuela, a mis tias y a mi madre. Pero yo haré pagar a aquellos que hi...
Dilaşud y las demás sultanas esperaban el féretro con el cuerpo de su hijo, iba a ser enterrado con su padre, Mustafa seguía con su harén, Gevherhan, Ümügülsüm, Mihrişah todas habían ido esos días, Gevherhan estaba con el ese día.
—¿Que haremos madre?—dijo Mihrimah
—No quiero hablar de eso—susurró viendo cómo la esposa de Murad se aferraba a su féretro, sus pequeños hijos estaban a sus lados llorando abrazados a sus tías Nurbanu y Mihrunissa.
Después de ese acto tan triste se dirigió a las kafes, tenía esperanza de ver a sus hijos, pero era imposible, la orden de Mustafa era no dejar entrar a nadie, ni a su madre.
—Quitense, tengo que ver a mis hijos—le grito a los guardias —Que no escuchan
—Sultana—dijo Mehmet paşa —su majestad ha dado la orden de que no vea a sus hijos
—Mehmet —susurró —por favor
—Usted sabe que si por mi fuera, nada de esto estaría pasando, rompí mi promesa, le falle al sultán Ahmed—dijo y Dilaşud se sentó en el suelo
—No me movere de aquí hasta que vea a mis hijos—susurró y el paşa la miró con pena.
—Kösem haz algo, eres la mayor—le reclamó Mih
—Que sea la mayor no significa que tenga el poder de ayudarlos—la miró —lo recomendable es estar unidas por nuestra madre, Mihrimah te harás cargo de la seguridad de los hijos y esposa de Murad, no dejaremos que por nada del mundo Mustafa los toque, igual ustedes con los demás Príncipes y sultanas, ellos confían en nosotras, es justo que nosotras protejamos a sus hijos.
—Mihrunissa y Muazzez estarán al pendientes de los hijos de Hasan—comenzó a hablar Huricihan
—Bueno vayan—dijo Mihrimah suspirando.
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—Aşup, tienes que comer algo—dijo Handan
—Por favor—dijo Dilruba, ambas estaban en el suelo viendo como Dilaşud miraba fijamente las puertas, llevaba horas ahí
—No, quiero ver a mis hijos—susurró y ambas se miraron entre si
—Tienes que comer por ellos, tienes que estar fuerte por ellos—dijo otra voz de fondo
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—Sultana Hürrem —dijo Handan y ella les hizo señas para que se quedarán ahí
—Ahora tienes que ser la fuerza de ellos, vamos levantate
—No quiero
—Dilaşud—la miró
—¡Madre!—gritó la voz de Demir
—Demi, hijo—se acercó a la puerta
—Mamá, sacanos de aquí —gritó Orhan
—No teman los sacaré de ahí —sollozo—por allah que si
—Se fuerte—dijo Mehmet
—Lo seré —susurró y miró a Hürrem
—Ve pon en marcha un plan, protege a tus hijos—la miró y Dilaşud asintió con pesar.
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