Llamar o no llamar (Parte II)

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Llamar o no llamar (Parte II).

7 de febrero, 2015.

—Ethan, Harry y yo iremos a comer afuera. ¿Vienes?

Alzo la vista de mi celular para darle mi atención a Andrew.

— ¿No están cansados? ¡Mierda! El concierto estuvo de puta madre, pero me drenó mucha energía.

—Tal vez estás demasiado viejo —Se burla dejándose caer en mi cama a mi lado y lanzando la vista a mi celular—. ¿Qué miras?

— ¿Crees que estaría mal si llamo a la encargada de mi caso?

— ¿Cómo sabes que es un "ella"?

—A Max se le escapó —Rio—, pero responde a mi pregunta.

—Creo que si te doy mi opinión igual harás lo que te venga en gana —Mira el número en mi celular—. ¿Qué le dirías al llamarla?

—Ella visitó la casa de mis padres, me gustaría saber que todo estuvo bien, qué le pareció y si nos fuimos a la mierda o algo.

— ¿No lo volverías personal?

— ¿Por qué lo haría?

—Porque eres muy amigable y te encariñas rápido con las personas. En un momento estás hablando algo serio con alguien y al siguiente ya estás como mejor amigo contando tu vida o escuchando la suya.

»No sé, es un asunto delicado, pero parece que necesitas hacerlo para estar mejor. Así que te daré mi bendición.

—No te la pedía, pero aprecio tu jodida bondad.

Él ríe y se incorpora. Se pone de pie y camina hacia el gran espejo de mi habitación en este hotel, pasa los dedos por su cabello y luego voltea a verme.

—Hazlo, tengo fe en ti y en que no vas a arruinarlo. Esto te está carcomiendo y lo hará hasta que lo hagas

Me arrodillo sobre la cama, uno mis manos como si orara y bajo mi cabeza. Andrew ríe.

— ¿Qué haces, Dex?

—Oh, gracias Santo Wood por dejar caer su divinidad sobre mí y aconsejarme.

Ahora él ríe con más fuerza y saca su celular del bolsillo para capturar una fotografía. Me pongo de pie y camino hasta él, beso con fuerza su mejilla antes de abrazarlo.

—Eres mi Andu bebé precioso que me da consejos malditamente buenos.

Él palmea mi mejilla con fuerza, pero sin hacerme daño y de manera teatral besa mi frente. Luego retrocede liberándose de mi abrazo.

—Solo se un buen niño y seguirás teniendo mi divinidad. Estoy suponiendo que te quedas a llamar y no vienes con nosotros a cenar.

—Supones bien, además, quiero tomar un jodido baño que relaje mis músculos. Estoy cansado.

—Eso es porque tienes mucha tensión en el cuerpo.

— ¿Quieres tener sexo conmigo para relajarlo? —Subo y bajo mis cejas en sugerencia.

—Paso, hoy no me apetece hacértelo —responde sonriendo.

—Me siento rechazado —Hago un puchero.

—Vive con ello.

—Pero seguro vas y se lo haces a Ethan.

—Sin celos, Dexter. Sin celos —De nuevo palmea mi mejilla—. Promete que harás la llamada y sabrás manejarlo.

Escenas extras de La D no es por DexterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora