• O2 •

3.8K 316 20
                                    

-- Y eso fue lo que paso-- dije encogiendome de hombros, como si fuera lo mas normal del mundo.

-- Asi que ahora eres ¿Madre soltera?

— Exacto.

— ¿Y como te ah ido con eso?

— No muy bien al parecer— dije bastante triste mirando la puerta por donde Kate había pasado recientemente.

— Tranquila — habló posando su mano en mi hombre — todo estará bien.

— ¿Señora Sharlie? — dijo un doctor inspeccionando la sala.

— Aquí — hable levantándome rápidamente.

— Su hija ya está estable, sólo fue un ataque alérgico, ¿ingirió nuez esta noche?

— Lamentablemente. — dije apenada.

— Procure no repetirlo. La mantendremos unas horas más en revisión, pero creo que eso hay nada de que preocuparse — dijo sonriendo.

— Genial, muchas gracias doctor.

— De nada señora.

— Que alivio — dije sentándome de golpe en el mismo lugar de antes.

— ¿Donde está? — preguntó Gilbert.

— La mantendrán en observación unas horas más.

— ¿Quieres que me quede contigo?— preguntó.

— No sería necesario...

— Entonces me quedaré— exclamó decidido.

Un silencio un tanto incómodo se acomodó entre nosotros.

— Y... ¿Cuantos años tiene Katherine?

—Tiene nueve.

— Escucha, me gustaría que pasaran a almorzar alguna vez — dijo medio nervioso.

— Si, sería genial — dije con una sonrisa genuina.

— ¿Que les parece mañana? Obviamente si Kate está mejor— propuso.

— Seguramente estará bien para mañana.

— ¿Mami? — habló una pequeña de nueve años, perdida.

— Katherine, deberías estar en cama, el doctor dijo que necesitabas descansar. — hable autoritaria.

— Es que no te veía, ¿Que pasó? — preguntó mientras se sentaba en mi regazo.

— Tuviste un ataque alérgico.

— Mami— me hizo una seña para que me acercara, así lo hice — ¿Quien es el señor ese? — me susurró al oído mientras lo miraba.

— Oh, el es el señor Blythe, es un amigo de la infancia, ¿recuerdas que te conté que solía vivir aquí?

— Hola, sr Blythe.

— Hola, pequeña, puedes llamarme Gilbert.

— De acuerdo.

— ¿Que te parece que mañana vetamos a almorzar a su casa? — pregunte mirándola.

— ¿Puedo llevar mi muñeca? — asentí— Entonces si — afirmó sonriendo.

— Bueno, es muy tarde, deberíamos ir a casa a descansar.

— Seguro, entonces, ¿nos vemos mañana? — preguntó Gilbert.

— Por supuesto — hable sonriente, ambas nos despedimos de él y nos fuimos a casa.

•••
Hola mis amores, se que no hay excusas para tanta tardanza, pero solo no sentía inspiración, ademas quiero llevar acabo otros proyectos y la escuela me está matando.

No prometo nada, pero tendrán capítulo pronto.

Las amoooo

older. Where stories live. Discover now