• O7 •

3.4K 284 167
                                    

Espero que estén preparadas para lo que viene, porque yo no.

— ¡Amy! — gritó Kate emocionada cuando abrió la puerta de entrada.

— ¡Kate! — me acerqué y la abracé, ella correspondió al instante. — Te extrañé tanto, chiquita.

— Yo también — nos separamos.

— Vamos, pasen, pasen — entramos y nos dirigimos hacia la sala.

Sentí como dos mini cuerpos se escondían detrás de mis piernas.

— ¿Y a quienes les pertenecen esas pequeñas cabezas? — preguntó acercándose y agachándose a la altura.

— Este es Cedric, el hijo de Gilbert, y esta es Katherine, mi hija— los presenté, intentado que salgan de su escondite.

— Pero que lindo nombre tienes pequeña— reímos— me llamo Katherine también, si quieres puedes llamarme tía Kate, y tú también, lindura. — habló pasando sus manos por las cabecitas, los niños salieron de atrás se acercaron.

— No sean tímidos — dije yo.

— ¿Quieren que les muestre el patio de atrás? — preguntó Kate, ambos asintieron entusiasmados.

La señora y los niños se fueron con nosotros siguiéndoles los pasos.

•••

La cena pasó divertida, hablamos de distintas cosas, sin importancia, tocamos el tema de mi padre, pero rápidamente cambiamos de tema cuando empecé a dejar de sonreír. El resto pasó entre raras bromas y risas de los niños.

— Creo que es hora de irnos — dije interrumpiendo el pequeño juego que Kate tenía con los niños.

— Pero no me quiero ir ma — se quejó la niña .

— Déjalos que se queden a dormir, no molestan y apuesto que ustedes necesitan tiempo a solas — dijo guiñándome el ojo, que suerte que Gilbert no estaba porque sino vería mi suéter sonrojo.

— De acuerdo, pero solo si le hacen caso a Kate, Ced ¿Porqué no le vas a pedir permiso a tu padre? — le propuse, a lo que el niño salió corriendo, Kate lo siguió de atrás.

— Así que Gilbert, ¿eh? — empezó Kate.

— Desde que volví no he pensado en eso — decidí omitir el pequeño beso— pero no se si está interesado, ¿Sabes?

— Oh, pequeña, claro que lo está, en toda la noche no ha dejado de mirarte.

— ¡Dijo que si! — apareció un entusiasmado Cedric por la puerta, con Kate a un lado y a un sonriente Gilbert detrás, por Dios su sonrisa no ha dejado de ser hermosa.

— ¿Vamos? — pregunté mirándolo, asintió. — Ha sido todo un placer verte de nuevo Kate.

— Gracias, e igualmente, espero que mañana se queden para el desayuno.

— Sería una molestia — habló Gilbert como todo el caballero que es.

— Claro que no, es más, es un placer tenerlos de invitados.

— Entonces nos vemos mañana.

•••

Llegamos a mi casa.

— ¿Quieres pasar a tomar algo?

— Seguro.

[N/A: NO PUEDO, les juro que esto me está costando una vida, así que espero que sean felices. ESTO VA EN CONTRA DE MIS PRINCIPIOS (mentira xdd eh hecho peores)]

Pasamos y nos serví vino en unas copas que tenía guardadas en la alacena.

Nos quedamos parados en la cocina, sin hablar, solo instalados en un cómodo silencio que no quería que terminara. Sabía a que se debía el silencio, ambos pensábamos en sentimientos, en cómo sería nuestra vida dependiendo a nuestra decisión, pero yo aún tenía la duda, ¿Aún quería intentarlo? Recuerdo lo último que nos dijimos: cuando vuelvas podríamos tener algún tipo de relación. Reí en mi cabeza por lo estupido que sonaba eso ahora, pero cuanto significado tenía; fijé mis ojos en él, no había cambiado mucho, sus rulos seguían igual, cosa que amo, sus hermosas facciones ahora eran un poco más duras, su mandíbula era aún más notable, estaba aún más hermoso. El silencio continuo durante un rato más, hasta que él habló:

— Amy, yo...

— Solo no hables — interrumpí acercándome a gran velocidad chocamos nuestros cuerpos y juntamos nuestros labios, sus manos terminaron en mi cintura mientras que las mías en su cabello.

Lentamente fuimos caminando a las escaleras, e intentamos subirlas, pero no estaba resultando, así que Gilbert me subió a él y camino conmigo hacia mi habitación, me depositó lentamente en la cama y se posicionó encima mío apoyando su peso en sus brazos.

Empecé a quitarle la camisa. Dios, cuantas veces había soñado con este momento. Pasé mis manos por su increíblemente trabajado torso, el empezó a subir sus manos lentamente por debajo del vestido que llevaba puesto.

Seguimos con el trabajo hasta que ambos estuvimos completamente desnudos, mirándonos fijamente.

— ¿Que haces?

— Eh-e no-no...

— ¿Que haces para tenerme de esta manera? Me tienes loco — sonreímos y volvimos a lo anterior.

older. Where stories live. Discover now