11

1.4K 164 46
                                    

[N/A: Leer nota al final, gracias :]

Este capítulo está sin editar, así que es probable que se encuentren más errores ortográficos de los normales :)

- No debes estar nervioso, Gilbert, todo saldrá bien - habló Anne con una mano en su espalda, reconfortándolo.

- ¿No crees que es muy pronto? ¿Qué pasará si me dice que no? ¿Volveremos a verlas? No quiero que sea incómodo para los niños si me dice que no - su voz temblaba mientras hablaba, sus manos sudorosas subían y bajaban por los costados de su pantalón, intentando que el incómodo líquido pegajoso se desprendiera y sus manos vuelvan a la normalidad, pero no importaba cuantas veces repetía el movimiento, volvían al mismo estado cada vez.

- Gilbert - dijo mientras lo tomaba por los hombros para que a mirara fijamente- todo saldrá como planeado, se aman desde el primer momento en que se vieron, y no hay forma en que te diga que no ¿De acuerdo? - firme lo miraba a los ojos. Un toqueteo en la puerta hizo que el corto cabello rojizo de la joven se girara con rapidez.

- Ya llegó, recuerda, todo saldrá bien, ¿bien?- dijo por ultimo la pelirroja antes de dirigirse a la puerta, donde una persona esperaba tras la puerta, impaciente. - ¡Amy! Tanto tiempo sin verte, me encantaría ponerme al día contigo, pásate por la casa cuando quieras, James estará feliz de conocerte - ofreció hablando de su perro, James, recién rescatado de la calle.

- Sería todo un placer pasar - empezó Amy una corta conversación con la pelirroja.

Mientras, en la otra habitación, un Gilbert totalmente nervioso se encontraba revisando todora que esté más que perfecto, quería que todo saliera bien, ningún accidente podía suceder durante esta cena.

Con torpeza encendió la vela que se encontraba en el medio de la mesa, justo a tiempo para que todo esté listo antes de que la joven entrara por la puerta. Ni bien cruzaron miradas, no pudieron esconder la sonrisa que ambos se provocaban.

Hacía ya un año que salían, pero Gilbert podía jurar que nunca había visto a Amy tan hermosa, vestía un hermoso vestido azul, tan oscuro como aquella noche en que fueron a acampar los cuatro durante un fin de semana, la diversión en ese pequeño viaje fue definitivamente inolvidable. Tal vez eran los nervios, o la emoción o la ansiedad, o tal vez era una mezcla de todo, pero pudo jurar que sus ojos brillaban, o tal vez solo era el reflejo de la luz de las velas en sus ojos.

- Hola.

- Hola- habló Gilbert aun sin quitar su cara de enamorado, y su vista de su hermosa pareja.

Hoy sería la noche en que ellos se convertirían en ese algo más que tanto anhelaban, si es que Amy aceptaba, lo cual haría de Gilbert el hombre más feliz del mundo.

Amy estaba igual o más nerviosa que el joven.

Hoy sería la noche en que le daría la gran noticia, y esperaba y rezaba con todas sus fuerzas que el le sonriera y le prometiera que estarían juntos frente a todos los obstáculos que se interpongan en su camino.

La oji-azul lo miraba enamorada, aun sin creer la suerte de haber encontrado a alguien como Gilbert que esté de su lado en su vida. Su corazón latía muy rápido, ya sea por los nervios o por tener frente suyo tan maravilloso hombre.

Ambos tomaron asiento, aun sin decir nada, pero sin quitar la sonrisa que tenían plasmada en su cara.

La cena transcurrió tranquila, algunas risas y sonrisas, disfrutando de la cena que Gilbert, en este caso, había preparado. La hora estaba llegando, pronto terminarían sus platos y llegaría el momento de dar las noticias.

- Gilbert...

- Amy, yo...

Hablaron al unísono, ambos soltaron risas nerviosas.

- ¿Quieres ir a dar un paseo? - ofreció Amy, estaba nerviosa y creyó que era lo indicado para aligerar el ambiente. Gilbert asintió y luego de abrigarse salieron de la casa con las manos entrelazadas.

Fueron unos cuantos minutos de charla hasta que Gilbert decidió hacerlo por fin.

Frente a la suave corriente de agua que pasaba por su lado, los grillos sonando a su alrededor, y nada más que la luna de testigo, se arrodilló frente a ella, la mujer que amaba con su alma.

- Amabeth Morgan Sharlie, te he amado desde el momento en que te vi, siempre supe que estábamos destinados a una vida juntos, sabía desde un principio que serías tú la que me despierte por las mañanas, la que me traiga sonrisas en los malos días, aunque a tu lado nunca hay malos, pero... - empezó a divagar con sus palabras, sacudió su cabeza y decidió seguir - ¿Me harías el hombre más feliz de la tierra casándote conmigo?

- Si - susurró, aún pasmada con las palabras que su, ahora, prometido, había dicho ante ellas.

-¿E-en serio?

- ¡Si! ¡Si! ¡Si! Mil veces si, Gilbert - dijo tomando sus mejillas, haciendolo levantarse de sus rodillas, dejando un cálido beso en sus labios.

- Mi turno... - empezó Amy.

- ¿A que te refieres con tu tur...

- Estoy embarazada - dijo lo suficientemente alto para que solo él escuchara, aunque fueran solo ellos dos en ese momento.

Los ojos de Gilbert se iluminaron. Tomó a la muchacha de la cintura, la levantó en el aire y le dio vueltas. Cuando la bajo se acercó lo más que pudo a ella y enrollo sus brazos por su pequeña silueta.

- Cada día me haces más feliz. - le susurró al oído. - Te amo.

- Y yo a ti.

°°°

Holis, jeje.

Bueno sé que les había dicho que habrían otros dos o tres capítulos más, pero no va a pasar y les pido perdón. Siento que ya la estaba alargando mucho y no quería arruinarla.

Será este capítulo y el epílogo, el cuál seguramente se trate de la boda.

Sé que no soy la mejor escribiendo sentimientos pero intenté lo mejor que pude e hice mi mayor esfuerzo para que este capitulo sea lo más romántico que mi cabeza pueda maquinar.

Las amo muchísimo, y no tengo forma de agradecerles por todo el apoyo que le dieron a esta historia.

Todavía no caigo que llegó a 80K en Parisian y 25k acá.

En serio, gracias.

Con todo el amor y cariño,

Giane.

Las amou.

older. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora