• O6 •

3K 284 163
                                    

Al día siguiente desperté por la incomodidad que me resultaba la posición, así que, lentamente, intentado no despertar a nadie, salí de la habitación, pero cuando estaba por lograr mi cometido, dos cabecitas se asomaron por la puerta.

— ¿Mami? — habló mi pequeña, le hice un signo de silencio y les indiqué que me siguieran hasta la cocina.

— ¿Podemos desayunar? — preguntó Cedric tímido.

— Claro, cariño, ¿Que te parece si le hacemos el desayuno a tu papá?.

— Sii — contestó emocionado.

— Okey, empecemos.

Gilbert's POV

Recordaba perfectamente como habíamos dormido la noche anterior, como los niños se habían acercado a nuestra habitación y dormido con nosotros. Abrí mis ojos lentamente esperando encontrarme con la hermosa imagen de una Amy y los niños entre nosotros, pero lo que me encontré fue todo lo contrario, en la cama me encontraba yo, solo.

Mi mente empezó a maquinar diferentes teorías, como que aliens los habían absorbido, o que alguien había entrado en la casa, pero las borre todas al escuchar unas risas en la planta baja. Me puse mi bata y baje.

La escena que me encontré no me la esperaba para nada.

— ¿Que está pasando aquí? — dije fingiendo enojo, lo cual funcionó, ya que apenas terminé de hablar todos se callaron — ¿Están cocinando sin mi? — hable ofendido a lo que Amy rió.

Dios, que linda risa.

— La idea era hacerte un desayuno sorpresa — habló Ced alzando los brazos desde la mesada en la que se encontraba para que lo alzara.


-- En un rato debo irme a trabajar, Amy, ¿Te importaría quedarte con Cedric hasta que vuelva?

— Claro que no, amaría quedarme con este pequeño— dije haciéndole unas pocas cosquillas, el río con ternura. — ¿Te molestaría si lo llevo a mi casa? Es que debo ducharme y bañar a la niña— pedí.

— Seguro, no hay problema, cuando salga pasaré por él.

.....

Habían pasado nueve horas desde que Gilbert se había ido a trabajar, yo lo esperaba en mi casa con los niños jugando en el patio.

— Mami — escuche que me llamaban desde atrás, me di vuelta y vi a dos pequeños de barro.

— ¿Pero que les ha pasado? — pregunté aguantando la risa.

— Nos hemos caído a un charco, y resultó ser muy profundo — Dijo Ced mirándose a sí mismo.

— Okey, vamos a bañarlos.

— ¿Juntos? — preguntaron al mismo tiempo.

— Si ¿Algún problema? — pregunté divertida.

— ¡No! ¡Será muy divertido! — gritaron ambos emocionados.

.....

— ¡Kate! ¡Quédate quieta de una vez! — grité "enojada".

— Lo siento mami — pero aún así siguió jugando con Ced a "las sirenas".

Para ese momento ya me encontraba empapada.

— Bueno, es fue suficiente — hable enojada llamando la atención de ambos, los cuales me miraron tristes. — Ah, y olvídense de que esto— dije señalándolos — vuelva a pasar.

— ¡No mami!

— Lo siento — levante los hombros y saque a Kate de la tina, la seque y vestí, para luego hacer lo mismo con Cedric.

O por lo menos lo intenté, pero ni bien lo saqué de la tina, salió corriendo gritando: "¡Atrápame!".

Empecé a correr detrás de él con la toalla en manos, intentando atraparlo.

— ¡Ven aquí diablillo! — grite graciosa, ya que la situación era en verdad bastante graciosa.

— ¡Oye! ¡Tranquilo, vaquero! — gritó una voz que conocía bien.

— ¡Papi! — escuche exclamar al pequeño, aparecí por la puerta, viendo cómo Gilbert tomaba a Cedric entre sus brazos evitando que se escape.

Me acerqué y lo envolví en la toalla y lo tome en brazos.

— Recuérdame nunca bañarlos juntos de nuevo — pedí cansada.

Me retire hacia la planta superior terminando de vestir a Ced. Cuando terminé volvimos a bajar.

—... y entonces fue cuando caímos ¡Era súper profundo! ¡Parecía que estábamos en un lago de barro! — gritó emocionada La Niña mientras reía. Gilbert solo la veía enternecido.

— Lamente interrumpir, pero acá tengo un niño mal portado. — dije a lo que Ced me miró arrepentido.

— Lo siento.

— Cedric, ya habías hablado de los baños — hablo severo su padre — y sobre salir corriendo — se agachó a su altura con las cejas fruncidas, enojado.

— Lo siento, papi, prometo que no lo volveré a hacer.

— Con un lo...

— Creo que ya fue suficiente castigo— hable esta vez yo, poniéndome a su altura.

— No lo consueles, se ha portado mal y... — empezó Gilbert hablando a mi.

— Además le dije que por esa travesura se quedaría sin pay de manzana — vi como un brillo apareció en los ojos del adulto. Reí.

— ¿Hi-hiciste pay?

— Claro, con los mejores ayudantes — dije revolviendo las pequeñas cabecitas.

.....

— Oh, lo había olvidado, mañana no podremos ir a tu casa porque Kate nos invitó a almorzar, ¿Quieren venir? — dije luego de tragar un trozo de la torta, al final Ced si comió un pedazo.

— Sería una molestia...

— Claro que no, es más, ella quiso invitarlos. — defendí yo.

— En ese caso...

older. Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα