• O3 •

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— Ya casi es hora — le hablé a Katy—. Termina de prepararte porque sino llegaremos tarde.

— Ya casi terminó— respondió del otro lado de la puerta. Asentí y me dirigí escaleras abajo, fijándome si olvidaba algo, Pay de manzana, pastel de papas, jugó de naranja y nada mas.

Le encargo el tan amado pay a su hija y salieron de la casa, dirigiéndose a la de Gilbert, el cual ya estaba listo para recibirlas.

POV GILBERT

Amabeth y Katherine estaban por llegar.

Tengo que admitir que Amy estaba aún más bella que en sus años de joven. Su acento francés se había marcado con el tiempo en ese lugar, y la pequeña había sacado la cara de su madre, pero los ojos castaños supongo que son de su padre.

Decidí que sorprendería a Amy con el perro, aquel que salvó de ser matado unís días antes de su partida. Ese perro siempre me hizo acordar a ella, ya que tenía pelo marrón y ojos claros, aunque su pelo se había aclarado con el tiempo. Decidí ponerle Joan.

Cuando escuché leves toques en la puerta me dirigí a esta, encontrándome con Amy y Katy detrás de esta. Sonreí.

— Hola. — dijo Katy.

— Hola pequeña, ¿Te encuentras mejor? — pregunte.

— Si, aunque... espera ¿¡Eso es un perro!? — gritó emocionada la niña, y luego salió disparada al interior de la casa, persiguiendo al canino.

— Dime que no es...

— Así es.

— ¿Estuvo contigo todo este tiempo? — vi como un brillo se asomó en sus ojos al verme asentir. — ¿Como se llama?.

— Joan, estuvo muy triste luego de tu partida, pero luego se recuperó.

— Por Dios, tanto tiempo y...

— No te quedes ahí, pasa a saludar— le ofrecí, tome sus cosas y cerré la puerta luego de que entrara. Ella fue directo a donde el viejo perro se encontraba, mientras que yo me fui a la cocina a dejar las cosas.

— El es Joan, es muy viejo, así que debes tener cuidado— la escuché hablar mientras guardaba las cosas en la heladera (no se si había heladera en esos momentos).

En verdad había extrañado a Amabeth. Los primeros meses sin ella fueron difíciles, ya que yo ya la imaginaba como el amor de mi vida, la madre de mis hijos, pero como no, me fue arrebatada. Y luego conocí a Lucy, mi ex; juntos tuvimos un hijo, pero luego de unos años dejamos de sentir lo mismo, ella me engañó, y luego de pelear por la custodia de nuestro hijo, ella la consiguió, pero yo tengo derecho a verlo todos los fines de semana.

— Hey, Gilbert — habló Amy. Al parecer me estuvo llamando un rato.

— Lo siento, me fui por las nubes — me disculpé.

— No importa. Te preguntaba si querías comer ahora. Katy tiene sueño y quiero que coma antes de dormir.

— Claro, no hay problema.

Ambos empezamos a poner la mesa en el comedor, y cundo ya estuvo lista, saque toda la comida del horno y la serví en los tres platos.

Luego de comer Katy fue a jugar con el perro.

— ¿Tienes trabajo? — pregunté curioso.

— Bo, aún, eh buscado algunas ofertas pero mayormente me rechazan por ser mujer.

— Ou, que problema, ¿No tienes problemas de dinero? Porque si es así puedo ayudarte... — me interrumpió.

— No, aún me quedan algunos ahorros míos y de Dan.

— Aunque el tiempo haya pasado, sigues siendo igual de hermosa — se me escapó, vi como se sonrojaba.

— Gracias— dijo con una sonrisa tímida.

Un silencio se instaló entre nosotros.

— Que silencio, iré a ver a Katy — habló mientras se levantaba, la acompañé.

Nos encontramos con una pequeña durmiendo en el sillón que solía ser de mi padre.

— Disculpa la molestia, pero no tendrás una habitación para prestarle — sonrió.

— No es ninguna molestia.

Tome a Katy en brazos y la lleve a la habitación que mi hijo ocupa cuando viene.

— ¿De quien es esta habitación? — preguntó viendo algunas cosas en el escritorio.

— De mi hijo — dije con tranquilidad mientras acomodaba a la niña en la cama.

— ¿¡Tienes un hijo!?

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