L. ERROR

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Sentir culpa era una especie de agresión hacia mi persona sin embargo en este momento no eso. El sentimiento correcto es alegría y satisfacción, había llegado tarde al lanzamiento de *BeGon*,
culpa mía aunque no del todo.
Gracias Anthony por despertarme de la mejor manera posible ¡si! Volvimos a entregarnos una vez más esta mañana, algo que comenzó con un simple beso terminó involucrando nuestros cuerpos.

El lugar estaba adornado con rosas en la pared, del tono rojo con algunas del tono rosa suave lleno de espejos reflejando mi marca y el estuche donde se encontraba mi producto.
La entrada sobresalía por el enorme nombre de lanzamiento al igual que el camino lleno de luces blancas en dirección a la habitación antes mencionada.

Ahora sólo tenía que sonreír con este vestido dorado ajustado que me cubría los pies con un par de infernales tacones altos. El labial rojizo suave que adornaba mi nerviosismo aunque esté tono me iba muy bien el peinado me daba inseguridad; cabello recogido pero despeinado con algunos mechones fuera de cada lado de mi rostro.

-Quisiera invertir en tu marca- ¡Dios mio! El señor Walter dueño de la mitad de nueva York con un condominio colosal emprendedor desde los 16 años, empresario desde los 20 años, había forjado una cadena de comercio nacional e internacional. Ahora a sus 30 años sus productos e inversiones eran los mas consumidos y pagados. Creo un imperio.

En shock total.

-Yo... Es... Un honor para mi que usted quiera, digo yo no... - es enserio Beca, en este momento necesito tu legua perspicaz ¡que demonios te pasa! Responde, di algo.

-podemos hablarlo más tarde si quiere. Mi asistente va anotar su número de móvil- se fue dejándome atónita, además de ser un hombre elegante con porte, fino y muy guapo.
Jamás vi tanta sensualidad en un hombre sosteniendo una copa de champán.

¡Carajo! Retiro lo dicho. Allí venía el sosteniendo esa copa caminado tan recto mirándome con aquellos ojos tan profundos, sonriendo de una manera poca usual.

Rayos, se dio cuenta.

-Tan mal lo hice que miras a otro hombre- menciono un poco decpecionado- creo que tendré que volver a demostrarte eres solo mía- me tomo de la cintura para dejarme un beso en la frente- es mi competencia cariño, no puedes mirarlo.

-No estoy mirando a nadie y créeme que lo hiciste muy bien- me aleje un poco, esto comenzaba a provocar algunas miradas- Aqui no, hay mucha gente y ya sabes lo que pienso- me di la vuelta para saludar algunos invitados.

Al final del día todo salió mejor de lo planeado. Conseguí 3 inversionistas y 2 empresas más iban a colaborar para sacar un nuevo paquete de belleza.
Después de irme no vi mas a Anthony en el lugar, podría estar en otro lugar sin embargo tanta era mi felicidad que no me preocupe por eso simplemente tome mis cosas para dirigirme a casa.
Una nota a lado del elevador
<Fuera de servicio>
Me quite los zapatos para poder subir las escaleras del edificio mis pies me estaban matando.

-¿Vamos hacer esto siempre?- Anthony estaba sentado sentado en mi sofá con la corbata aflojada mirando hacia mi con un vaso de whisky en manos.

-¿Hacer qué?- me desconcertó su actitud no se veía ebrio tampoco comprendía su enojo.
Me senté sobre su regazo.

Me tomó de la cintura y apretó a su cuerpo besando mi cuello.

-Quiero que todos sepan que eres mi chica- me aparto un poco para mirar mis ojos- te quiero tanto Gonze- me beso.

Ya entendía, fue por lo de hace unas horas.

-sabes lo que pienso, me encantas Anthony no dudes jamás de mis sentimientos hacia ti- dije sobre sus labios, el solo sonrió y me llevo a la habitación.

Tomamos un baño juntos, solo eso,
nos recostados en la cama para ver una película, pedimos una pizza así terminar de disfrutar nuestro día.

Señorita Gonze, la espero en mi oficina a las 9 am para tratar nuestros asuntos. Necesito algunas firmas suyas, también me gustaría invitarle un café para conocernos un poco más.

Walter.

Con aquel mensaje mi día comenzó espectacular, Anthony paso a dejarme en aquel edificio rústico, dijo que iba esperarme para tomar juntos el desayuno.

Me adentre en aquel lugar, para mi desgracia la oficina de Walter estaba en el último piso de 32.
Una chica no muy alta atendió a mi llamado indicando el despacho de su jefe.

-Buenos días señorita Gonze- me saludo dando un apretón de manos.

Hice lo mismo, luego tomé asiento.
Al principio todo se trataba de negocios, guarde algunos contratos para leerlos con tranquilidad en casa pero aquello platica se convirtió un tanto incómoda.

-Quiero invitarla a salir- mencionó tan directo.

No supe que responder, ¿eso era de trabajo o personal?

-Me refiero a que me gusta señorita Beca y obviamente su trabajo también- parece a ver escuchado mi duda, me levante rápido del asiento para dirigirme a la puerta eso era muy incómodo.

Solo sonreí y me despedí para no sonar grocera.

-Dejame besarte, quiero probarte, desde que te vi por primera vez en esa revista no he dejado de pensar en ti- coloco su mano en mi cintura mientras que la otra la coloca en mi nuca, su rodilla la poso entre mis piernas sin dejarme escapatoria, lo hizo me estaba besando no pude sacarme de su agarre.

-cariño la se... - con los ojos más abiertos de lo normal y la cara hecha una furia allí estaba Anthony parado en la puerta.

Walter se añejo rápidamente y yo solo me quedé sin palabras.

-Nos has interrumpido- sin vergüenza alguna se excusó Walter.

Yo como una maldita piedra estaba en silencio. Mi cabeza no asimilaba el beso tan repugnante ni mucho menos que Anthony viera esto.

Apretaba sus puños y sus palabras se clavaron en mi como dagas-No dudes jamás de mis sentimientos hacia ti- salio de la oficina y corrí tras el.

Cappuccino Anthony Santos-Romeo SantosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz