M. Lejos

74 8 0
                                    

Espero que lo hayas disfrutado maldito imbécil. Esta es la primera y última vez que la tocas, ¿has entendido? - Anthony regresó hecho una furia total, ahora Walter estaba sangrando de su boca por el golpe recibido por parte de mi hombre.

Jamás vuelvas hacerlo, mucho menos forzar me, tengo una relación y si no te ha quedado claro doy por cancelado nuestros contratos- saque del bolso nuestro contrato recién hablado para hacerlo pedazos y aventarlo en su rostro- Eres un hombre sin valores maldito mujeriego, no soy una mujer fácil mucho menos una que se compra con ese maldito contrato de mierda, vete al carajo tu y tus millones que creen que todo lo pueden hacer, pudrete... - antes de poder decir algo más Anthony me saco como a un costal de papas hasta llegar al elevador.

Perdón por mi reacción Bi, estaba muy celoso pero confío en ti, por eso le he golpeado se que lo hizo a propósito- tal como lo dijo cuando salí corriendo para alcanzarlo el ya venia de regreso con su enorme puño para estampar lo en el rostro de Walter- Te amo, no puedo perderte Bi- tomó mi rostro entre sus manos para dejar un ligero beso sobre mis labios. Amaba que me llamara así ese nuevo sobrenombre me encantaba y mataba cada que salía de su boca.

Te amo Anthony, estoy locamente enamorada de ti- me aferre a su cuello para profundizar su beso. Era verdad todo el me volvía loca, cada mirada compartida, pelea e incluso tomar un café juntos por la mañana me hacía sentir plena.
Ya no se trataba solo de mi, ni de mirar sola por la ventana o beber un chocolate caliente durante la temporada de frío, el era mi nuevo libro, mi café por las mañanas, la lluvia por la tarde; mi soledad paso a compañía una que no quería perder nunca, jamás quería dejarlo de leer mucho menos de beber.

Mi asombro por el lanzamiento de mi producto fue estupendo, estaba en la cima, se vendieron todos, en este momento todo estaba agotado.
Entre mi trabajo y viajes estuve ocupada todo el mes de junio, la veces que volvía a New York iba corriendo a el, terminando entre sábanas, nos extrañabamos era notorio.

Estas primdras dos semanas de julio fui a Tailandia, cerrando contrato con aquellos socios de Anthony, desgraciadamente ellos no pudieron venir así que tuve que ir por unas malditas firmas, no me podía negar, esto ahora era mi trabajo debía hacer todo lo necesario. Me encontraba a punto de aterrizar en New York, esperando verlo, prometió venir a recogerme al aeropuerto.

Lo hizo, corrí hacia el dejando mis maletas en el suelo, besando el como si no hubiera un mañana.

Sentir su tacto sobre mi piel era gratificante, no nos detuvo nada al llegar a casa, la manera en que eriza mi vellos me hace querer no irme jamás, esos besos húmedos sobre todo mi cuerpo tan jadeante susurrando sobre mi de una manera tan sucia, me hacían querer correr me en este mismo instante.

Cada día me vuelvo más adicto a ti- bajo sus besos hasta mi abdomen, desprendiendo ligeramente mis bragas dejandome completamente expuesta ante el. Con sus labios junto a su lengua jugaba en y dentro de mis pliegues abriendo paso a sus dedos mientras que yo respondía restregando mis caderas exigiendo más.

Ahh...- aquel grito salió en un intento de callar mis gemidos ya acumulados que necesitaban ser calmados en este instante por sus labios.

Sientes esto Bi, tu cuerpo se acostumbra a mis deseos, responde ante mi tacto, ¿lo sientes cariño?- cada palabra mencionada con tal lentitud excedía el límite del placer mientras que su miembro se adentraba en mi sexo, deslizándose fácil por mi Humedad, apretando se al sentir crecer su pene dentro de mi, eso ¡carajo! Solo podría darme lo el;
Anthony Santos.

Mmm... - gemi, respondiendo a su pregunta dándole la razón. No podía hablar apenas podía respirar.

¿Te gusta esta posición?, puedo ver que lo disfrutas cariño, tal vez puedas montarme así mirarte desde abajo, la manera en que tus pechos brincan me pone aún mas- tan fluido como el agua así nos volvimos, no había vergüenza alguna, hablándome sucio de esa manera podía disfrutar de un sexo placentero con el, me dejaba tan satisfecha, adolorida y cansada que podía sentir al día siguiente aun su tacto en mi.

Después de varios días sin verlo, esta noche había recuperado el tiempo perdido.
Aún seguíamos recostados cuando se levanto sin previo aviso, salió un rato pero volvio minutos después con algo en manos.

Acaso me he olvidado de algo- mencione Nerviosa pero después de tanto pensar nada se me ocurría, faltaba una semana para nuestro aniversario pasando otro mes juntos.

No tiene que ser un día especial para darte algo Bi, aunque me hubiera gustado hacerlo diferente- me entrego una caja no muy grande larga color Negro con un moño dorado- promete que lo vas abrir hasta nuestro aniversario la próxima semana a las 7 de la noche- beso mi frente y yo asentí.

Cappuccino Anthony Santos-Romeo SantosWhere stories live. Discover now