Goodnight and go (Disponible en Dreame)

Veintiuno; Lía

La vida hay que vivirla cada día, cada minuto. No podemos perder el tiempo en cosas que no tienen importancia. Los segundos pasan, los minutos corren y la vida se te va sin que te des cuenta.

Vive y disfruta de cada momento como si fuera el único. Disfruta del viento, del piar de los pájaros, de la gente, de las cervezas entre amigos, de las batallas de tu abuelo, de la sonrisa de tu abuela, del consejo de tus padres.

Porque quizás, algún día, la vida te quité todo eso de repente.

Así que, me encargo de disfrutar cada momento a pesar de que estoy cansada. El bar me tiene un poco quemada pero siempre sirvo a todos con una sonrisa y hablo con quién me saca conversación.

Se aprende mucho y todas esas batallas que me cuentan, o las clases de historia que me dan, me lo llevaré a España en una bonita experiencia, pero para experiencia bonita, Nick.

Ese marine que está entrando por la puerta en este justo momento y pasea su mirada por el bar hasta que se encuentra con la mía. Las comisuras de nuestros labios se curvan a la vez y cojo la bandeja para llevarla a la mesa.

— ¿Vas a querer algo? —Le pregunto pasando por su lado.

— Un vaso de agua, por favor.

Como él me dijo, tengo mi ropa en una mochila en el vestuario y estoy nerviosa porque vamos a pasar la noche juntos.

Lo que más pena me da de todo esto es que lo quiero, le tengo cariño, lo aprecio y nuestros caminos vuelven a separarse dentro de unas semanas.

Nick se va a saludar a unos chicos a una de las mesas y el Coronel aparece.

— Justo a tiempo antes de que termine tu turno —sonríe.

— Eso parece.

Esta vez no está solo, viene con tres hombres más, uniformados y mayores que él.

— ¿Qué os pongo?

— Cuatro cervezas.

Asiento y le sonrío a Layla cuando aparece. Esta besa mi mejilla y va a los vestuarios, o bueno, a la pequeña habitación con dos taquillas a dejar su bolso.

Sirvo las cuatro cervezas y le doy el relevo a Layla.

— John vendrá para ayudarte —le aviso.

— Genial, pásatelo bien con tu hombre.

Le sonrío y no tardo de coger las cosas y ponerme en la puerta. Nick está de espaldas a mí y no sabe que lo estoy esperando, pero no veo una opción acercarme y decirle que podemos irnos.

Espero unos segundos más intentando que se dé cuenta que alguien está mirándole fijamente pero no, no funciona.

Decido sacar mi móvil y llamarlo. Cuando él saca el móvil de su bolsillo, su vista se pasea por el bar, buscándome, hasta que me ve. Me hace una seña para que espere un momento y no tarda en despedirse de esos chicos.

Salgo y lo espero contestando los mensajes de papá. Siempre lo mismo, estoy bien, todo está bien.

Nick sale y me sonríe abiertamente. — Tengo ya planeado qué te voy a hacer de cenar.

— Me alegro, me muero de hambre —exagero.

— ¿Todos los españoles sois así de exagerados?

— La mayoría —me monto en el coche y me pongo el cinturón.

— ¿Cansada? —Su mano viaja a mi pierna.

— Un poco —bostezo— ¿Pasado mañana vuelves a casa?