Treinta y dos; Nick

3K 362 38
                                    

La veo mover sus caderas desde el otro lado del club. Su pelo largo ondulado la hace verse más sexy de lo que es. Sus brazos se mueven sensualmente y paso la lengua por mis labios. Sus amigas me dijeron que iban a estar aquí y sé que debo estar en la base a l2 y ya se ha pasado de hora, no me importa tener una amonestación en este momento porque ella es lo único que me importa.

Ella da una vuelta y veo su rostro, está feliz mientras baila. Solo quería acostarme con ella. Lo hice y cuando la volví a ver quería volver a tenerla en mi cama. ¿Por qué? A día de hoy no lo sé. ¿Su cuerpo? ¿Su sonrisa? ¿Su risa? ¿Su personalidad? Supongo que todo me gustaba. Todo me gusta. El cómo me mira, sus muecas, sus expresiones.

Parpadeo un par de veces porque he estado jodido a más no poder. Aún puedo sentir su cuello alrededor de mi mano y mis dedos rodeando el arma, dispuesto a disparar. Solo el pensar en hacerle daño me hacía querer dispararme a mí mismo.

Me acerco a ella, no voy a perder más el tiempo. Quiero tener sus ojos sobre mí de nuevo. Ella canta la canción junto a sus amigas y cuando me pongo detrás de ella, cojo su mano y le doy la vuelta. Ella choca con mi pecho y pone su mano en él. Parpadea un par de veces y veo la confusión en su mirada, aunque más bien... La veo asustada. Se aparta de mí pero no suelto su mano. No me esperaba, por supuesto. Y sé qué hace seis meses que no sabe nada de mí, pero he necesitado un tiempo para recuperarme.

Ella deshace el agarre que tengo sobre su mano y siento haberle arruinado la noche porque no se ve feliz de verme. Lo entiendo, o eso creo. Ella mira hacia atrás, a sus amigas, que han dejado de bailar, solo conozco a dos, Blanca y Jennifer, que han planeado esto conmigo.

Lía me esquiva y empieza a caminar. Blanca me alza sus cejas para que la siga y lo hago. Miro su pequeño cuerpo metido en esos jeans ajustados y su body negro de transparencias. Los chicos la miran cuando pasa pero pasa inadvertido para ella. El frío de la noche nos recibe y ella se abraza a sí misma.

Me quito la chaqueta y cuando voy a ponerla sobre sus hombros ella me la rechaza.

— ¿Qué haces aquí?

— He venido a por ti.

— ¿A por mí? —Se ríe— No —niega con la cabeza—, llegas tarde.

— Nunca es demasiado tarde.

— Sí lo es.

— He estado jodido.

— Lo sé, y yo he estado preocupada y ni siquiera te dignaste a mandarme un mensaje diciéndome que estás bien.

— No estaba en condiciones de hablar con nadie.

— Fui a buscarte a casa —empieza a temblar—, y te habías ido con ella.

— ¿Con quién?

— Con una chica —aprieta su mandíbula y mira hacia otro lado—. Yo preocupada por ti y tú...

Parpadeo un par de veces. ¿Con una chica? Suspiro pesadamente y rasco mi nuca aún con la chaqueta en mi mano.

— Me fui a casa durante un tiempo y empecé a aceptar la ayuda que me daban. Tuve tu cuello en mi mano y la pistola en tu sien. Podría haberte matado.

Lo sabe, ella lo sabe. Me mira con temor y pone una mano en su frente.

— Sé que me fui sin avisar, que no me despedí de ti y que... Hice las cosas mal, pero no estaba en condiciones de hacer nada más, solo... No quería hacerte más daño.

— Desapareciste.

— Lo sé, y por eso estoy aquí.

— ¿Para decirme que estás bien?

Goodnight and go (Disponible en Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora