Goodnight and go (Disponible en Dreame)

Treinta y uno; Lía.

No sé nada de él.

Las horas pasan lentas y lo único que tengo es un mensaje de Luke diciéndome que está en casa y bien, pero que está jodido.

Mañana vuelvo a casa y no he hablado con él aún. Tampoco le he comentado a mi madre el pequeño incidente que tuve.

Me miro al espejo del baño y observo lo mal que luce mi cuello. Estaba apretando con tanta fuerza que pensé que iba a rompermelo. Cierro los ojos y me agarró al lavabo mientras mi labio inferior tiembla.

Me dolía el pecho.

Podría decir que el corazón era lo que me dolía. Que la presión que sentía apenas me dejaba respirar y que el cansancio estaba acabando conmigo porque apenas puedo dormir.

Abro los ojos y vuelvo a verme reflejada. Estoy desnuda, mi pelo mojado está pegado a mis brazos y mi pecho y varias gotas descienden por mi cuerpo.

Los nudillos de James dando en la puerta me sobresaltan. Me pongo la toalla alrededor del cuerpo y abro un poco la puerta.

— ¿Estás bien?

— Sí, deja de preocuparte, solo tengo el cuello mal.

Él hace una mueca. — No has dormido apenas.

— Hoy he dormido más, me funcionó la pastilla para dormir que me dió tu novia.

Él sonríe de lado. — ¿Mi novia? Eso querría ella.

— No seas creído. Estoy bien.

— De acuerdo. ¿Qué quieres que pida de comer? ¿Hamburguesas?

— Sí, por favor.

Sonrío y cierro la puerta.

¿Debería llamarlo? ¿Ir a verlo? Muevo mi cabeza de lado a lado y cubro mi cuerpo con el pijama.

Tengo la esperanza de que sea él quien llame a mi puerta porque no sé si soy lo suficientemente fuerte para ir a verlo.

Salgo del baño y me siento en el sofá junto a James, que tiene casi todo listo. Yo aún no.

Es bastante complicado meter tantos meses de tu vida en dos maletas. No cabe todo y tengo que hacer malabares para no llevar otra maleta. Han sido meses interesantes donde he aprendido mejor el idioma, un oficio, he conocido a personas increíbles y... Me he enamorado.

Sí, Lía, la chica con el alma negra que no se aguanta ni ella se ha enamorado de un chico al que no verá jamás. Un amor imposible, inalcanzable.

Se ha enamorado de alguien que se acostaba con ella y cuando terminaba deseaba buenas noches y se iba.

No me hubiera enamorado si él no me hubiese mirado de esa manera. Si él no se hubiera portado de esa manera conmigo.

Si no hubiésemos tenido pequeñas salidas que me hacían enamorarme más de él.

Cómo nuestro viaje a la playa o a casa de su madre. Pasar tiempo con su familia, juntos, fue extraño pero emocionante a la vez. Nick me quería allí, quería pasar tiempo con todos y no pude decirle que no.

Las charlas en la cama sobre nuestros sueños y de lo pequeño que es el mundo.

No pienso que el mundo sea pequeño, pienso que el destino es caprichoso.

Caprichoso porque me ha puesto un dulce sabroso delante que solo he saboreado porque no puedo comerlo.

Tengo que irme.

El timbre suena y parpadeo un par de veces. James está en el baño, por lo que me levanto del sofá y me dirijo a la puerta para abrir.

Espero a encontrarme a Luke o a Karem. Quizás a algún vecino para qué sé yo.