10

4.8K 295 55
                                    

Hay ocasiones en las que el miedo es capaz de ganar a la razón y a la realidad. Son momentos específicos en los que parece que el tiempo se congela y los recuerdos más bonitos se agolpan en la cabeza mientras la mente elimina todos sus pensamientos y directamente se queda en blanco.

La mente humana y su funcionamiento son fascinantes. El cerebro es un órgano elegante y sofisticado que elige con precisión lo que el pensamiento debe aportar a la persona en el momento adecuado con la información adecuada.

La información que llegaba al cerebro de Santi en esos momentos era escasa. No sabía si se debía a las altas horas de la madrugada, al sueño que tenía acumulado desde hacía casi seis días o del shock de tener a su hermana hablando por teléfono en aquel momento. Su hermana, Natalia; la misma persona de la que no había conocido ninguna noticia desde hacía ya casi una semana desde que desapareció de la faz de la tierra. Y de una cosa estaba seguro, la voz de su hermana siempre iba a ser la más bonita del mundo, pero en aquellos momentos se reafirmó aún más en su pensamiento.

-¿Santi? ¿Santi, estás ahí? Soy Natalia. –se oyó entrecortadamente por la línea. La chica suspiraba constantemente y el muchacho incluso pudo jurar que estaba sollozando. Estaba volviendo a escuchar su voz de nuevo.

-¿N-Nat?

-Hola otra vez, hermanito. –una pequeña risa unida a un profundo suspiro retumbó en los oídos del pamplonica que sonrió abiertamente comenzando a creerse lo que estaba escuchando. Estaba siendo plenamente consciente de que la pelinegra estaba viva y hablando con él en ese mismo instante, era consciente de que prácticamente había renacido.

-¿Estás bien? Joder Natalia no sabes cuánto me alegro de esto. Creía... creía... -sollozó Santi tapando su boca con su mano mientras las lágrimas se le encajaban en la garganta. Marina volvió en aquel momento y se preocupó al ver al muchacho en ese estado. Le preguntó repetidas veces sobre la persona que estaba al otro lado de la línea.

-Es Nat. Está viva. –respondió el moreno lleno de ilusión con los ojos brillantes. A la pequeña de las Reche se le iluminaron los ojos y pidió que pusiese el 'manos libres'. –Marina también está conmigo, Natalia.

-Os echo muchísimo de menos, pequeños. –sollozó sorbiendo por la nariz. –Pero escuchadme, no tengo mucho tiempo para hablar porque me voy a quedar sin batería y quiero llamaros más veces. Yo...

-¿No vuelves, Nat? Podemos avisar y alguien del seguro irá a por ti y te recogerán en avión, no te preocupes que en nada te tenemos aquí otra vez. –pero Santi empezó a ser consciente de sus palabras en cuanto acabó de hablar. Un silencio aterrador hizo acto de presencia en la que hasta hacía unos segundos había sido una conversación jovial y eufórica y el chico comenzó a hilar los cabos. Faltaba algo, una pieza del puzle. Y entonces cayó. No todo podía ser tan perfecto para ser real.

-Natalia, ¿Alba está contigo? –se atrevió a cuestionar la rubia temiendo por la respuesta. Empezó a temblar en su sitio. Si las palabras de la morena acababan siendo negativas no sabía lo que haría.

-Marina... te prometo que la estoy buscando. La estoy buscando hasta debajo de las putas piedras y te juro que no voy a volver a España hasta que la encuentre. –empezó a llorar sin control alguno. Se sentía rabiosa e impotente, a nadie le agrada contar a la hermana de su novia que había desaparecido en un tsunami y que aún no había dado ninguna señal de vida. Que todos sabían que podría estar viva o muerta o aún peor, figurar en la eterna lista de desaparecidos. –Yo estoy bien, estoy viva que es lo importante, y os prometo que Alba también lo va a estar. En cuanto la encuentre vamos a volver juntas a España y lo primero que vamos a hacer va a ser organizar una paella en Valencia todos juntos, como siempre. –rió amargamente para tratar de preocupar lo mínimo posible a los dos chicos, a sabiendas de que no había ningún consuelo existente para la barbarie que estaban atravesando.

Lost on Waves // AlbaliaWhere stories live. Discover now