Estudiando a Sherlock Holmes.

Revelación

El silencio en el 221B de Baker street era irónicamente ensordecedor, Sherlock no podía soportar aquel silencio por mucho tiempo, su mente pensaba mil y un maneras de matar a su compañero de departamento y eso no estaba bien, lo sabía. Pero no podía evitarlo, se levantó de su sillón dejando los papeles del caso del asesino invisible y camino hacia su habitación encontrando a Marissa dormida en su cama.

Ella era una completa distracción para él, desde que llegó, tardaba más días en resolver los casos que le llegaban. Pero no se quejaba, agradecía la compañía que ella le brindaba, desde que Rose había nacido John no se concentraba lo suficiente en los casos y Sherlock tenía que hacer todo el solo ( no era como si no pudiera) pero extrañaba las pláticas o las discusiones de teorías con él.

Marissa era buena ayudante, pero no podía ir a la morgue junto a él, Mycroft le mataría si se enterará. El era como un perro guardián cuidando de su cachorro, al detective le parecía de lo más ridículo pero pronto se dio cuenta que el era igual.

Por lo que su bienestar era lo primordial y el saber que tenía en su casa al futuro causante del su corazón roto de su sobrina le daba rabia.

John le había insistido en que no dijera nada a Marisa que pensarían bien, que pasos darían después para enfrentar aquel problema.

Pero era cuestión de tiempo para que Mycroft se enterará y pusiera cartas en el asunto.
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Al día siguiente, el detective salió temprano de su hogar dispuesto a ir a la morgue, debido a que habían asesinado a otra persona de la misma forma que la mujer.

Marissa se quedó en casa, desayunando, mientras leía unos papeles que Sherlock había dejado por ahí.

— Me tengo que ir. Volveré en la tarde- Wayat entro y se acercó a su novia para besar sus labios rápidamente.

— Cuídate.

— Igual tu.

Cuando el salió, la castaña dejo su plato a un lado, estaba harta de estar saltando los múltiples sobres que el detective tenía allí, ordenaria un poco la habitación apesar de saber que se ganaría una reprimenda.

Comenzó a mover las cosas, mientras tarareaba una canción cuando de pronto uno de los sobres que estaban en una pila de cayó y varias fotografías salieron de el, Marissa maldijo y se apresuró al levantarlas, viendo con confusion las imágenes de blanco y negro.

Sherlock no le había comentado de un caso, así por lo que sintiéndose como toda una detective vio las imágenes de manera rápida antes de que la descubrieran.

Sería la burla de los Holmes.

Era un hombre y una mujer en una cama, las fotos se veían que fueron sacadas desde la ventana del algún lugar, ella supuso que era un hotel.

Las fotografías eran algo fogosas por lo que incómoda comenzó a guardarlas hasta que noto algo familiar en la espalda del muchacho.

Frunció el ceño y una punzada llegó a su pecho, había visto aquella cicatriz en algún lado, vio con más atención las imágenes y en una de ellas se veía la cara del hombre.

Sintió sus ojos llenarse de lágrimas y un dolor punzante en su pecho al reconocer aquel rostro.

Era Wayat.

Cubrió su boca sin dejar de ver la imagen, un dolor sofocante comenzó a golpearla y su llanto fue lo único que se escuchó en el departamento.

Horas después, Wayat subió las escaleras del lugar silbando una canción al azar, vio en la sala a su novia y sonrió al verla de espaldas iba con la intención de abrazar su cintura cuando ella hablo.