Luz al final del túnel.

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Era media noche, todos se habían ido a excepción de Elian, Marissa,Keira y Sherlock. Dijeron que irían a desayunar todos juntos al día siguiente.

Sherlock había insistido en que se quedará ahí, tomando la excusa de que Keira no debía salir en el frío de la noche, cuando en verdad el no quería despertar y creer que es un sueño.

Marissa tenía a su pequeña entre sus brazos, estaba sentada con ella en el sillón leyendole uno de los libros que Sherlock tenía en su casa.

Keira había tenido cierta adicción a escuchar cualquier cosa antes de dormir, y estaba fascinada en ese entonces con los tipos de tabaco que el detective había escrito hacia años.

Elian y Marissa siempre le leían cualquier cosa que se encontraba debido a que habían acabado sus libros, y desde que Keira entro a casa del detective había quedado fascinada por los cientos de libros nuevos que Sherlock guardaba con recelo en su casa.

Cuando la pequeña se durmió, Marissa beso su frente con dulzura, Elian se sentó junto a ellas viendoles con cariño y un amor profundo.

Aquellas mujeres se habían vuelto su vida por completo, las amaba con cada fibra de su ser y cada que les veía su corazón latía desenfrenadamente.

— Deberías dormir también.— Susurro Marissa abrazando a su hija, Elian sonrió de lado y se acercó aun más a ella, colocando un brazo sobre sus hombros dejando que ella se recargara en su hombro. — Hoy fue un día muy ajetreado.

El beso su sien y recargo sus labios en su cabello.

— Lose, pero valió la pena.

Marissa volteó a verlo con cariño y beso su mejilla.

— Gracias, por todo.

Elian sonrió de lado, y tomo su barbilla con cuidado, besando sus labios con dulzura.

— No hay de que preciosa. ¿Somos un equipo recuerdas?

Ella sonrió y volvió a besarle, y se separaron justo cuando Sherlock entraba a la sala.

— He arreglado mi habitación para la niña.

— Oh, Sherlock no es necesario, podemos quedarnos en el departamento donde  John vivía. — hablo Elian levantándose del sofá, pero el detective negó múltiples veces.

— Claro que es necesario, Keira debe dormir bien y mi cama es especial, se que le hará bien.

— En ese caso mucha gracias, Tío sherlock.— Elian tomo a su hija en brazos y la llevo a la habitación de Sherlock, Marissa se puso de pie con dificultad el detective le ayudo.— Esto significa mucho para nosotros.

— oh, que va.— hizo un ademán de indiferencia. Y le sirve té en una pequeña taza de porcelana.— Merecen lo mejor.

— Lamento haberme ido.— la tomo entre sus manos y Sherlock sonrió de lado.

— Fue lo mejor, debimos de haber sabido que alejarte de nosotros era la única forma de mantenerte a salvo.

Ella hizo una mueca, y se recargo en el respaldo del sillón de John, viendo directamente al detective que se sentaba en su sillón usual.

Sherlock le hizo una seña, para que se sentará, ella alzó ambas cejas, sabía muy bien que el detective no dejaba que nadie más que su colega se sentará en ese sillón.

— Es el sillón de John.— balbuceo sorprendida.

— Era el sillón de John.— corrigió tomando un sorbo de su taza.— En realidad empezó a ser el sillón de los colegas y todo este tiempo solo tuve dos.

Estudiando a Sherlock Holmes.Where stories live. Discover now