Verdad.

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— ¿Tía May.?— pregunto Elian al entrar a la cocina al día siguiente.— ¿donde está Marissa?

— Salió a recorrer el campo.— respondió para el susto del chico, que comenzó a colocarse su chaqueta rápidamente.

— ¿Hace cuanto salió?

— Una hora, supongo.— La mujer cortaba sin cesar una zanahoria.— Vuelvan para comer, hice mi ensalada especial.

— Delicioso, tía. Iré por ella.— respondió sin ponerle mucha atención, ya que mandaba un mensaje rápido desde su celular y salía de la casa casi corriendo.

Busco entre el paisaje verde, alguna mujer pero al no encontrarla su corazón se aceleró, colocó su mano en el arma que cargaba siempre consigo, bajo su chaqueta y camino con cautela entre el lugar, metiéndose entre los árboles.

Veía a todos lados buscándola sin descanso, y contesto el teléfono en cuanto sonó.

— ¿Donde está?— la voz del hombre que se encargaba de monitorear a la joven balbuceo varias veces.

— Aquí dice que está cerca de ti.

Elian se tenso y detuvo Su caminar, bajo el celular lentamente y sacó su arma, quitándole el seguro.

— No hagas las cosas más difíciles, Marissa.— alzó la voz el muchacho sin perder en ningún momento su estado de alerta.

Escucho las olas crujir tras el, y volteó apuntándole al ser que estaba tras él, la chica de cabellos castaños estaba ahí con sus ojos rojos y su ropa mojada, tenía las manos alzadas, viendo con terror el arma que el pelirrojo portaba.

Pero apesar de ver desde cerca el miedo que la chica irradiaba no bajo el arma, llevo el celular de nuevo a su oido.

— La encontré.

Colgó, y bajo el arma lentamente tras comprobar que no era una amenaza.

— Te juro que no hice nada.— hablo con su voz temblorosa, viéndole con sinceridad.— Solo salí a caminar.

— Mientes.— respondió acercándose a ella que se estremeció ante su mirada furiosa.

— ¡Es la verdad!

— Te llevaste tus cosas más importantes, pero dejaste todo lo tecnológico en la habitación.

Ella suspiró, y se dejó caer al suelo sumida en un llanto desgarrador.

— Por favor, déjame ir! No quiero causarle más daño a nadie!

— No puedo hacerlo.

— ¡Mataran gente inocente por mi culpa!

— ¿Quién?

— ¡No lo sé!— Grito al ver que Elian se acercaba a zancadas hasta ella, tomando su mandíbula con brusquedad.— M-me llego un mensaje a mi correo, donde pedía que viniera hacia acá en la mañana, si no quería que ustedes murieran.

Elian, entrecerró sus ojos y soltó su rostro, dejándole marcas rojas en su piel.

— ¿Por que debería creerte?

— Por que tengo la prueba del correo en mi laptop!

— Eso no es suficiente, que me asegura que no trabajas con tu tío?

El rostro de Marissa era de confusión y terror puro, sus labios temblaban tanto por el frío como el miedo.  Observo a Elian y pregunto temblorosa.

— ¿Mi tío?

— Moriarty, es tu tío. Ya los descubrimos.— hablo queriendo acabar con aquello, pero la mirada perdida de la chica lo descolocó por completo.

Estudiando a Sherlock Holmes.Where stories live. Discover now