Estudiando a Sherlock Holmes.

"et mortui resurgent"

En últimas noticias, el cuerpo de la joven Marissa fue encontrado en el río Támesis de Londres envuelto en mantas de seda. Una de las noches más tristes de Londres. Nuestras más sentidas condolencias a sus familiares.
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Habían pasado ya siete años desde que encontraron el cuerpo, y de su funeral, todo había vuelto a la normalidad para Londres pero no para los familiares cercanos a la chica.

En ese tiempo, pasaron demasiadas cosas, se había enfrentado a Moriarty y finalmente habían acabado con él, volteando su juego por completo, Sherlock se había presentado ante el vulnerable, y débil, cosa que en verdad descolocó a Moriarty, se negó a creer que el detective estaba dispuesto a renunciar a todo y trato de hacer que todo volviera como antes pero al no lograrlo simplemente se quedó ahí, tratando de planear algo, cuando Lestrade preso de la ira, le disparó sin remordimiento acabando con su vida.

Los aliados de Mycroft se encargaron de los cuerpos de los francotiradores del criminal asesor. El mayor de los Holmes se encargaba de desmantelar todos los lazos que el criminal asesor tenía con el mundo.

De alguna forma todos lograron seguir con sus vidas los años siguientes.

John y Mary viajaban por todo el mundo acompañados de su hija Rosie que tenía ya ocho años de vida, visitaban al detective y a la casera siempre que podían.

Lestrade finalmente se retiró y se mudó a las afueras de Londres, habían rumores de que de casaría algún día.

La señora Hudson acompañada de Wayat llevaban el negocio de la cafetería que estaba al lado de los departamentos, lo habían comprado y les iba demasiado bien. Puesto que el detective había causado furor en las redes y la gente iba a conocerlo y hacer que llevara sus casos, al salir aprovechaban comprando algo de tomar o comer.

Mycroft había homenajeado a su primo Elian colocando una medalla en su honor a los guardias que cumplían con su deber en casos extremos.

Y finalmente Sherlock iba al cementerio una vez al mes a poner de nuevo flores en los floreros que habían en la lápida de Marissa, se sentaba en el suelo viendo el nombre de ella, y recordaba sus momentos juntos, ella había entrado a sus vidas, los había cautivado con su determinación y persistencia.

Ella no merecía un final de esa manera.

Al llegar frente a la lápida en el mes de septiembre con un ramo de flores en la mano, Sherlock vio un papel color blanco en medio de la tumba con un par de flores rosas. Lo tomo pensando que era basura, cuando encontró una frase escrita en letra desprolija y en tinta azul.

"et mortui resurgent"

El detective frunció el ceño y volteó a todos lados en busca de alguien cerca, pero estaba completamente solo.

Guardo el papel en su gabardina y procedió a colocar las flores, se sentó en el césped enfrente de la lápida y suspiro.

Aún no se acostumbraba del todo a hablarle a la nada, nunca fue creyente de nada más que la ciencia.

Pero después de hablar con Mary ella mencionó que hablar con Marissa le haría bien, no podía estar conteniendo sus sentimientos.

Las primeras veces fue algo raro e incómodo, hasta que poco a poco con el pasar de los años se fue desenvolviendo y hablaba de todas sus teorías y lo que estaba pasando con su vida desde que ella se fue.

Cuando terminó de hablarle a la piedra fría de mármol con el nombre de Marissa marcado en ella, se levantó y se dirigió hasta su departamento con las manos en los bolsillos de su gabardina oscura.
El cielo estaba nublado amenazando con llover en cualquier momento, la gente corría en busca de refugio para evitar mojarse y cuando Sherlock caminaba sumido en sus pensamientos cuando algo choco contra sus piernas, el molesto se alejó de aquel ser que no media más que el y que le veía con seriedad.