Capítulo 7

344 67 53
                                    

-¿Y la profesora Takeyama no lo podía escuchar?

Los amigos de Eijirou se extrañaron por lo que les había contado. Estaban en sus camas hablando en voz baja para no despertar a Shoto, que ya se encontraba durmiendo.

-¿Seguro que no lo imaginaste?

-Estoy seguro.

Siguieron discutiendo durante un rato, pero al final se dieron por vencidos y fueron a dormir.

Así pasaron las semanas, y de un día para otro ya era Halloween. Eijirou no volvió a escuchar la voz, pero se mantenía alerta, lo que causaba un poco de preocupación en sus amigos.

Esa noche bajaron al Gran Comedor para disfrutar, esta vez todos juntos, de la maravillosa comida que habían preparado. Se llenaron de dulces y de otras muchas cosas, y cuando terminaron se despidieron de Todoroki y de su grupo y fueron los cinco de vuelta a la sala de Gryffindor. De camino, Eijirou la escuchó. La misma voz de había oído con Yu.

-... Matar... Es hora de matar...

Repetía esa frase una y otra vez, pero cada vez era más débil. Eijurou echó a correr intentando divisar de dónde provenía, mientras sus amigos le seguían sin entender lo que le pasaba.

-Eijirou, ¿qué estamos...?

-¡Chssst!

Siguió corriendo por los pasillos, cada vez podía escucharla más claramente. Iba susurrando: huelo sangre... ES HORA DE MATAR...

-¡Va a matar a alguien! -gritó, y sin hacer caso de las caras desconcertadas de sus amigos, subió las escaleras intentando oír la voz que volvía a alejarse.

Recorrió todo el tercer piso y no paró hasta que doblaron la esquina del último corredor, encontrando algo aterrador. Mina ahogó un grito y se cubrió la boca con las manos, mientras que miraban estupefactos lo que había escrito en la pared de un color rojo sangre.

LA CÁMARA DE LOS SECRETOS HA SIDO ABIERTA. TEMED, ENEMIGOS DEL HEREDERO.

Pero eso no era lo peor. Debajo de esas palabras, había algo colgando. La Señora Norris, la gata de Sekijiro, estaba colgada por la cola en una lanza de una armadura que había allí. Estaba totalmente rígida, como una estatua. Durante unos segundos, no se movieron. Luego dijo Sero:

-Vámonos de aquí.

-No deberíamos intentar...

-Hacedme caso, será mejor que no nos encuentren aquí.

Pero fue demasiado tarde. Sekijiro, que buscaba a su gata, los vio allí. Iba a regañarlos, pero por encima del hombro de Katsuki vio a su gata colgada y quieta.

-¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a la Señora Norris? -gritó. Se fijo en los chicos, especialmente en Eijirou.-¡Tú! ¡Tú has matado a mi gata! ¡Tú la has matado!

-¡Sekijiro!

Toshinori llegaba junto a otros profesores por el comienzo del pasillo. A pesar de que vieron lo que había escrito en la pared, no dijeron absolutamente nada.

-Vamos a otro sitio a hablar.

Yu se acercó a él con su típica sonrisa.

-Profesor, si lo desea puede utilizar mi despacho, al fin y al cabo es el que está más cerca de aquí.

-Gracias profesora Takeyama. Chicos, vosotros también venís.-Dijo mirando a los chicos que seguían allí parados.

Toshinori se dio la vuelta y se encaminó al depacho de Yu, que lo siguió dándose aires de grandeza. Reiji, Kayama y Aizawa también lo siguieron. Sekijiro cogió a su gata y se encaminó con los chicos detrás suya hacia el despacho de la profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Eijirou Kirishima y la cámara de los secretosKde žijí příběhy. Začni objevovat