Capítulo 13

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Sero yacía completamente inmóvil, con los ojos abiertos y una cara de sorpresa.

-Lo encontraron junto a la biblioteca. Llevaba esto con él.- Les mostró un pequeño espejo.- ¿No les dice nada a ninguno de ustedes?

Los chicos negaron con la cabeza. La profesora les llevó a la Sala Común y se encontraron a todos sus compañeros hablando mientras Yuga pedía silencio. Al ver a Kayama entrar, todos se quedaron callados, expectantes por las palabras de la mujer.

-Acontecimientos recientes nos han obligado a tomar medidas drásticas. Todos los alumnos estarán de vuelta en sus respectivas salas comunes a las seis en punto de la tarde. Un profesor os acompañará siempre al aula. Se posponen todos los partidos y
entrenamientos de quidditch. Y lamento deciros, que si no se captura al agresor, el colegio procederá a su clausura.

La profesora salió por el agujero del retrato e inmediatamente todos volvieron a hablar estrepitosamente. Mientras tanto, Mina intentaba que Denki reaccionase. Desde que salieron de la enfermería el chico estaba ausente, y la chica comenzaba a preocuparse. Eijirou se acercó a donde estaban sentados y les dijo:

-Tenemos que ir a hablar con Taishiro. No creo que sea él, pero si fue el que lo liberó la última vez, también sabrá llegar hasta la Cámara.

-Pero Kayama nos ha dicho que tenemos que permanecer en nuestras torres.

-Entonces ha llegado el momento de volver a sacar la vieja capa de mi padre.

-Me parece bien. ¿Qué dices tú Denki?

El chico se giró hacia ellos y se limpió el rastro de lágrimas de sus ojos.

-Iré también.

Esa misma noche, los dos chicos esperaron a que Shoto y Katsuki se durmieran y bajaron las escaleras, donde ya los esperaba Mina. Se cubrieron con la capa y recorrieron los pasillos desiertos hasta salir al patio.

Llegaron delante de la cabaña y sólo entonces se quitaron la capa. Llamaron a la puerta y tras unos segundos Taishiro les abrió. Les apuntaba con una ballesta, pero al ver que eran ellos la bajó y soltó un suspiro aliviado.

-¿Qué hacéis aquí los tres?

-¿Para qué es eso? -. Preguntó Eijirou.

-Nada, nada... No importa... Sentaos, prepararé té.

Sin embargo, parecía estar muy nervioso. Se le volcó la mitad del té mientras lo servía, y estuvo a punto de tirar la tetera.

-¿Has oído lo de Sero?

-¡Ah, sí, claro que lo he oído! -dijo Taishiro sin mirarles.

Cuando les iba a servir las tazas, tocaron a la puerta. Los tres chicos corrieron hacia una esquina y se pusieron la capa. Una vez estaban bien ocultos, Taishiro abrió la puerta con cautela y con la ballesta en la mano.

-Buenas noches, Taishiro.

Por la puerta pasaron Toshinori junto a otro hombre. El segundo vestía un traje elegante, y bajo el brazo sostenía un bastón con una joya en lo alto y un sombrero de pico.

-¡Es el jefe de mi tío! -Susurró Denki.- ¡Christopher Skyline, el ministro de Magia!

-¡Feo asunto, Taishiro! -dijo Skyline.- Muy feo. Cuatro ataques contra hijos de muggles. El Ministerio tiene que intervenir.

-Quiero que quede claro, Christopher, que Taishiro cuenta con mi plena confianza.

-Toshinori, Taishiro tiene antecedentes. El Ministerio tiene que hacer algo... Si se demuestra que no fue él, regresará. Pero tengo que llevármelo.

Eijirou Kirishima y la cámara de los secretosWhere stories live. Discover now