Cuando, donde y como el amor quiera

Capitulo 22: La despedida

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-¡Listo! – Anunciaba Calle cuando terminaba de ponerle la remera a Poché – no es que me queje pero si vas a terminar todas nuestras discusiones en ropa interior, tengo el presentimiento que nunca voy a ganar – decía la castaña poniendo sus brazos alrededor del cuello de su peliazulada.

- La idea es que tu también quedes con poca ropa – le dijo Poché con una sonrisa provocadora, mientras tomaba la a castaña de la cintura - ¿Vamos? No es que no me guste esta así con mi novia, pero necesito cambiarme el uniforme – preguntaba acariciando su rostro.

-¿Recién te recupero ya nos separamos? – preguntaba la fotógrafa

- Primero - Poché le dejo un corto beso en los labios – nunca me perdiste, lo que pasa es que tu no confíes en mi aun – la castaña iba a protestar pero la deportista se anticipó – no digas nada – puso un dedo en sus labios - Me va a gustar ver cómo vas a hacer para compensarme después de que te demuestre que eres la única mujer que quiero a mi lado – dejo otro corto beso – Y segundo, ¿puedo proponer algo? – pegunto dulcemente.

- ¡Epa!, si que las deportistas hacen las cosas rápidas, Hace unos minutos que somos novias y ya quieres proponerme matrimonio – bromeaba Calle– ¿no piensas que van un poco rápido las cosas? ¡Me estás asfixiando! – La castaña aguantaba la risa. La cara que ponía Poché era genial.

- Ja ja, muy graciosa señorita Daniela... ¿sabes qué? Olvídalo – Poché se hacía la ofendida ¿Nos vamos? – se soltaba de su novia y caminaba hacia la salida.

- ¡Garzón! – La llamo Calle, Poché giró a verla – Ven aquí – ordenó alzando su dedo y moviéndolo de arriba hacia abajo para que su chica se acercara a ella, pero la peliazul agitó su cabeza negándose - ¿No vas a venir? – Preguntó la castaña. Poché volvió a negar con su cabeza – ¡Uno! – alzó uno de sus dedos, Poché no se movía – ¡DOS! – contó Calle alzando el segundo dedo, pero al igual que el anterior la peliazul no se movió – ¡y tres! – llegó al final sin lograr nada.

-¿Y ahora que vas a hacer? No me asustas Calle – dijo Poché burlándose.

- Voy a usar tu misma estrategia - agarró el borde de su remera y la empezó a subir por su cuerpo lentamente - ¿Vienes? – preguntó con la remera en la mano, Poché no

gesticulaba palabra alguna, ni movía su cabeza, nada. Sólo miraba. - ¿No vienes? Bueno, vamos a ver ahora – desprendió el botón de su jean y empezó a quitarlo exagerando sus movimientos. Una vez se los quito completamente miró a la pelizul que estaba petrificada de tal manera que parecía que le habían hecho un encanto tipo "Petrificus Totalu"

- ¿Tampoco? Bueno – levantó sus hombros - Supongo que algo está fallando. Voy a salir a preguntarle a alguien que me falta. Nos vemos luego – Poché , tú chica cruzando la cancha en ropa interior para que otra persona la vea, reaciona!

Poché corrió hacía ella y la agarró de la cintura – Si das un paso más estás en problemas Calle – amenazó bromeando la otra chica.

- ¿Me estas amenazando? – Calle pegaba más su cuerpo semi desnudo al frente de la peliazul.

- Te estoy advirtiendo – la dio vuelta para enfrentarla – Escucha bien lo que te voy a decir, nadie, absolutamente nadie te va a ver así. Sólo yo – una peliazul posesiva no estaba precisamente ayudando a Calle a controlar la situación - ¿entendido? – preguntó

Calle sacudió la cabeza de un lado al otro – Porque no me lo haces entender... - Y eso es como decirle a un chico que no meta los dedos en el enchufe... Si primero fue Calle la que le comió la boca a Poché, lo que hizo la peliazul fue prácticamente canibalismo... Le deboro los labios a su reciente novia tratándole de hacer entender que ella había comprado todos los derechos de aires sobre ella.