Cuando, donde y como el amor quiera

Capitulo 48: "La resurrección de la bestia"

En una pastelería de Ney York – último día de abstinencia

- ¿Qué te parece este Natt? – Calle le daba una cucharada de su pastel de boda. En realidad eran varias muestras de pasteles que las chicas estaban tanteando para decidir uno para el casamiento.

- ¡Guacale! ¡Detesto las avellanas! – La latina se asqueaba - Me gusta más el que está comiendo Vale. ¡Oiga! – llamó a la persona que las estaba atendiendo. Era un hombre joven de serio porte.

- ¿Puede traernos más de ese pastel? – señaló el pedazo que estaba comiendo la bailarina.

- ¿El de mousse de chocolate blanco con relleno de cajun? – las chicas se miraron – Si ese – afirmó la latina – Y un café negro para mi – agregó Natalia.

- Un latte para mi – pidió Calle

- Yo quiero leche con chocolate – levantó la mano la bailarina.

- Disculpe pero nosotros no servimos café ni el resto. Esto no es un café – se excusó el hombre.

Calle y Natallia se miraron.

- ¿Usted está queriendo decir que venimos a este lugar a elegir el pastel de la boda de nada más y nada menos de Daniela Calle y Marìa Josè Garzòn y usted nos dice que no nos van a servir café? – Modo perra activado - ¿Acaso tiene idea de cuantas pastelerías nos han molestado para tener la exclusiva tarea de hacer el pastel de esta boda? – le dijo firmemente

- Seguramente usted no tiene idea de lo que está haciendo, por eso boy a evitar llamar a su superior y hacerlo echar. Pero no pienso darles el gusto de tener su torta en mi boda – protestó con esa mirada de superior - tal vez en otra pastelería nos atiendan como la gente – dijo la fotógrafa y agarrando su cartera se levantó

- ¿Puedo llevarme mi pastel? – a la bailarina le había gustado el cajun.

- Un momento por favor – Una señora mayor aparecía – Sabrán disculpar a Juan Pablo, el es nuevo aquí. Deja Juanpa yo las voy a seguir atendiendo yo – se dirigió al joven – Mi nombre es Luisa ¿En que puedo ayudarla Señorita Calle? – La mujer la reconocía.

- Bueno estoy segura de que como ya lo habrá leído en todas las revistas, me casó en unos meses y mi madre insistió en que pasará por este lugar para probar sus pasteles – contó.

- Si, si. Su casamiento con la señorita Garzòn es conocido por nosotros. De haber sabido que venían las habría atendido yo desde un principio. Sepan disculparnos – La mujer quería esa venta como sea.

- Disculpas aceptadas señora Luisa. Mis amigas y yo queríamos una bebida para acompañar las tortas que estábamos probando – explico.

La mujer les aseguró que en unos minutos llegaban el café, el latte y la chocolatada, acompañadas por más muestras de tortas para los clientes VIP - ¡Dios! Adoro cuando nos chupan las medias así. Estoy segura de que Juan Pablo mañana está buscando trabajo – A veces la latina no tenía piedad.

- ¿Viste la cara que tenía cuando escuchó mi apellido? – Calle se reía a la par de Natalia.

- SI Pochè se entera de que ustedes dos están abusando de los empleados las mata. Y como dama de honor de mi Pochas – Natalia no quería recordarlo – tengo el deber de contárselo – las amenazó Valeria.

Las otras dos la miraron. Cuando la bailarina le contó a la morena que Natalia y Calle habían hecho llorar a mitad de los empleados del catering, Pochè amenazó con raptar a Calle y llevársela a Las Vegas para casarse en un sucuchito de mala muerte y se aseguró de decirles que si seguían maltratando gente la luna de miel iba a ser en medio de la franja de Gaza.