Capitulo 47: "Periodo de Concentración"

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Esquina donde se cruzan la calle 21 con la Washington

– Daniela Calle Soto ¿Quieres casarte conmigo? – la peliazul abrió la cajita revelando un hermoso anillo.

Calle quería gritar "Siii", quería saltar por los edificios, llegar a las nubes y alcanzar el cielo y gritar a viva voz "Si quiero", pero el problema era que la voz no le salía.

Pochè, su Pochè la mujer de su sueños, su bestia, la persona que le enseña a amar cada día como si fuera el último, estaba en una rodilla, con un hermoso y costoso anillo en la mano, proponiéndole matrimonio y lo único que Calle podía hacer era absorber todo el amor de la mirada de la peliazul. Trató de contestar, pero simplemente no se escucha sonido alguno, de repente sintió como el cuerpo se le debilitaba y las piernas empezaban a fallarle.

Gracias a Dios unos brazos la sostuvieron. Pochè se había parado y la tenía abrazada por la cintura - Ey – le puso una mano en la frente – Te tengo cariño. Tranquila no te voy soltar – Calle era de tez clara pero claramente, la peliazul pudo ver como caía aun más el color de su chica – Ven, nos vamos a arrodillar juntas ¿Si? – Pochè apoyó sus dos rodillas sobre la alfombra y sostuvo a su novia con ella. Cuando la fotógrafa se sintió a salvo dejó de hacer fuerza y no se opuso a que Pochè la sostuviera - ¿Te sientes muy mal amor? – Pochè besó su frente.

- Si – salió como un susurró pero finalmente lo dijo.

- ¡Dios! ¿Alguien puede llamar a una amb...?

Calle le tapó la boca con su mano - Que si me quiero casar contigo – la castaña se estaba recuperando

- ¿Qué dijiste? ¿Estás bien o estás delirando? – Pochè todavía seguía pensando en el tóxico asesino.

Calle rió por la pregunta de su novia - ¡Si me quiero casar contigo! – por fin la voz le salía como quería.

Pochè le agarró la cara y ambas miradas se encontraron – Prometo que te voy a hacer la mujer más feliz del mundo – le dijo

- Como es que ya lo soy entonces – le contestó Calle - ¡Quiero mi anillo mujer! – jugueteó

Pochè volvió a abrir la cajita y sacó la joya para colocársela suavemente sobre el dedo de su novia – Te amo – agregó.

- Menos mal, porque yo a ti te amo aun más – y la peliazul cerró su propuesta con un beso. Aunque aún se podía escuchar los aplausos, silbidos y gritos de sus amigos y conocidos, ambas mujeres se besaban al ritmo del latido de sus dos corazones.

- Mami se quiere tragar a mamá como una boba constructora – fue el comentario de Beth que hizo separar a sus madres.

- Tengo que evitar que se siga juntando con Juli – comentó la peliazul mientras ayudaba a su novia a levantarse.

- ¿Ya podemos felicitarlas? – Vale llevaba un buen rato aguantándose las ganas de saltar a abrazar a sus amigas.

Después de abrazar a sus amigos, Calle llegó a la notebook que sostenía Mike - ¡Mamá! ¡Papá! ...¡Estoy comprometida! – gritó.

- Lo sabemos cariño – habló German – tu madre estuvo llorando desde que Pochè se comunicó con nosotros para pedirnos permiso – contó el hombre.

- ¿Les pidió permiso? – Calle se dio vuelta para ver como las compañeras de equipo de Pochè la estaban tirando para arriba para luego agarrarla, tipo trampolín humano.

- A mi también me pidió permiso – comentó Beth

- Y a nosotras – Estas fueron las recien casadas – Cuando llegó a casa a las siete de la mañana, Natti casi la mata, pero cuando nos dijo para que era se largó a llorar – agregó.

Cuando, donde y como el amor quieraWhere stories live. Discover now