Me tenías a tus pies, cariño.
Sólo te quería a ti.
Sabías que todo esto me daba vueltas en la cabeza.
No dormía en las noches por pensar en ti.
Y en tu maldita forma de amarme.
Bien pude haber mandado al diablo el amor que sentía por ti.
Pero no lo hice.
Luché ciegamente por nosotros.
No me arrepiento.
Pero tú de plano eras una damisela en apuros esperando que alguien te rescatara.
En tu caso, que alguien te pusiera atención.
Te di toda mi atención.
Te di todo de mí hasta quedar desnuda.
Sin nada más que entregarte.
Pero nada te bastaba, cariño.
¿Qué tenía que hacer para que me entregaras tu puto corazón?
Yo te amaba...
Y no me diste ni una pizca de amor.
ESTÁS LEYENDO
Hablemos con el corazón
Romance¿Cuántas veces no hemos oído la frase "Escucha a tu corazón"? ¿Realmente lo hemos hecho? En él guardamos secretos y escondemos dolores; es momento que los dejemos salir.