En un baúl llamado corazón 5

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En un baúl llamado corazón guardo el recuerdo de unos ojos hermosos.

¿Saben? Es curioso. Sus ojos eran tan bellos que el sol se daba el lujo de hacerlos brillar más.

Eran de un color embriagante. Capaces de hacer que perdiera la noción del espacio-tiempo.

Pero no era el color lo que me atraía de ellos, sino su calidez. Tan expresivos, tan misteriosos... Dios, tú fuiste quien le dio los ojos más bellos del universo.

Esos ojos me atraparon, hicieron enamorarme de ellos y de su portador.

Porque, sí, me enamoré; era inevitable. En una noche se convirtieron en mis joyas, en mis estrellas, en mi todo. Eso sin contar los demás días.

No me hacía falta nada cuando los veía. Bueno sí, tiempo. Más tiempo para admirar esas pequeñas gotas de alma.

Sin embargo, yo sabía que no me veían de la misma forma.

Guardo este recuerdo porque sé que ahora, cuando vea nuevamente sus ojos, sé que siempre tendrán esa calidez que me atrajo desde la primera vez.

Hablemos con el corazónWhere stories live. Discover now