Hablemos con el corazón

Cicatrices

La cicatriz más notoria es la que tengo en el brazo derecho.

Me fracturé 4 veces, me operaron en dos ocasiones.

Me pusieron un clavo largo.

Usé cabestrillo durante todo el kinder.

Mi cicatriz no es fea.

Me gusta.

Le llamo aleta feliz.

Gracias a las puntadas puedo dibujarme un esqueleto de pescado, eso me hace reír. O una flor con muchas espinas cuando ando romántica.

Muchas personas me han recomendado cremas para borrarla.

Sé que no nací con esta marca.

Pero así me iré.

Creo que deberíamos amar y aceptar nuestras cicatrices.

Tanto externas como internas.

Porque en ellas hay historias y cada una contiene un poco de nosotros.

En ellas se cuenta la vida que tuvimos, como la vivimos y como la afrontamos.