Arriesgate Y Sé Feliz

Capítulo 03

CINCO AÑOS ATRÁS

Un buen día entre la ajetreada actividad universitaria, es hora del almuerzo, en su mayoría grupos de chicos, de chicas o bien grupos mixtos, comparten mesas en la cafetería; y entre toda esa congruencia se encuentra una hermosa chica rubia de ojos azules prominentes sobre unos lentes de aro negro, degusta un postre de leche condensada, a su vez posa su atención en el libro de biología 3 que utilizaba en sus años de secundaria.

— Sitio en control, todo en el orden normal.  Estudiantes departiendo en la hora de el almuerzo.  Agente Danvers; cambio. — se escuchó decirse entre el ruido de los estudiantes de un lado a otro.  Los ojos de la rubia reconocieron a la chica de cabellos marrones y complexión alta y erigida.

— ¡Hey Alex! — dijo, llamando su atención.

— Hola Kara.  ¿Estas bien? Te llamé muchas veces anoche, ¿Dónde estabas?

— Creo que me quedé dormida.  Ayer, fue un día muy largo.

— Bueno como sea.  No esperaba verte acá.  Desperté muy temprano y como tu horario de estudios inicia a las 8 no te vi siquiera para ir a desayunar.

— No, no yo pasé muy tarde a casa, no vi la hora al llegar.  Me quedé hasta muy entrada la noche en el laboratorio de ciencias y no supe cómo abordé un Uber y desperté en mi dormitorio, sólo para tomar un baño y mis libros para presentarme hoy.

— Creí que dijimos que dejarías las largas jornadas en el laboratorio y estarías estudiando en la biblioteca.

— Alex, sabes que estoy 100 por ciento comprometida a estudiar y dedicarme a ésto, quiero ser científica y aprender lo más que pueda; no sólo con libros, hay que poner en práctica las ecuaciones.

— Esta bien, sólo me alegra de que te encontrara aquí.  Yo se que no eres de irte a dormir a casa de una amiga cuando tienes el departamento y un juego de llaves.  Me alegra verte aquí hermana.

— Si, gracias, aunque me sorprendí al escuchar tu voz.  Pero,  ¿Tú a ésta hora del día en el campus? — preguntó extrañada, por no ser habitual verse con su hermana en horas de estudio. — ven y sientate conmigo.

— Lo haría pero sólo por unos minutos.  No olvides que estoy trabajando.

Alex se ubicó en la pequeña mesa, acomodó su cinturilla con el equipo y la placa de policía que la acreditaba como tal.

— Si es algo que concierne al decano de llamar al cuerpo policiaco de Central, es que debe de ser algo serio. — dijo Kara, al notar a más de un agente de la corporación moverse en la cafetería.

— Si.  Seguramente te diste cuenta de que las feministas radicales se tomaron la facultad de ciencias y con otros compañeros hemos sido llamados a hacer vigilancia en el campus.  Ya sabes, cuestión de seguridad para que no pase de una simple protesta pacífica a algo brusco y violento, físico o verbal.

— Me sorprende que dieras conmigo en un lugar muy extenso.

—  El campus es grande, pero sólo tenemos cuatro patrullas dispersas en los puntos cardinales, ya sabes.  El resto está disperso en la cuidad trabajando, obviamente.

— Haces bien Alex.  Mi día ha estado complicado por el momento.  Quería estudiar tranquilamente en la biblioteca pero las feministas se reunieron también allí. 

— Y supongo que te llamaron a participar para agrandar a la minoría.

— La verdad es que no quise presentarme como apoyando mociones de los que no estoy de acuerdo.  No soy tan delicada.