Arriesgate Y Sé Feliz

Capítulo 08

REFORMANDO A LA PRINCESA

Lena no entendía nada.
Primero se dejó convencer de salir a cenar con su madre y sin cuestionar sus condiciones.
Ahora, recibiendo halagos de una total desconocida.

Nada parecía tener sentido, pero Rhea estaba preparando el terreno.

- Veo que tienes muchas preguntas que quieres hacer de el por qué te encuentras aquí.  Y por no ser descortés, no te atreves a hablar. -  expresó de manera cortés.

- Rhea por favor, disculpa, es que todavía no he podido encontrar el mejor momento para compartir lo que sucede.

Intervino Lillian y el primer pensamiento que a Lena le surgió en el momento era sobresaltar y pedirle a su madre irse de inmediato a casa.
Era obvio que no quería estar ahí, aunque fuera el banquete más suculento en la mesa, Lena no quería estar ahí.  Entonces, ella no sospechaba para nada el porqué Lillian la arrastró hasta ahí.

Y de pronto, lo vio claro.
Lena sólo estaría porque no quedaría de otra opción.

Por ese entonces, habían pasado varias semanas ya y Lillian buscaba la forma de sacar a Lena de uno de sus problemas serios:
el alcoholismo

En vano lo intentos con unirse a grupos o buscar terapia en vías privadas para sacar a la chica del pensamiento de un siguiente sorbo para pasar el rato.

No es que la chica consumara wiskys o tequilas a cada rato, pero Lena estando bebida no tiene un control de las situaciones, acabando peleada con el mundo, mostrando su rudeza, haciendo y diciendo cosas de las que mejor no mencionar .

- Hija no.  - Lillian tomó la mano derecha de Lena, como anticipándose a los pensamientos turbios de la joven.

Lillian sabía bien cómo reaccionaria y de cualquier manera, ni Lena se imaginaba que esa no sería una de las razones por las que se encuentra con Rhea en una especie de intervención.

- Hoy no va a ser una noche para que comiences a disgustarte por quererte ayudar.

- ¿Ayudarme? - contestó interrogante.
- No entiendo nada, ¿qué intentan hacer conmigo?  - decía abriendo los ojos muy grandes, como perturbada.

No sería extraño por Lillian el notar esos cambios de humor en su hija.
Conocía el vicio, conocía las causas.

-  Bueno Lena, te lo voy a explicar por partes. -
Comentó Rhea tomando un papel de mediadora.
Si esto ya era una cosa complicada, todo lo iba a ser un tanto más.

- Yo sé que en este momento soy una persona extraña para ti. -
Decía ella y Lena asentía.

- Si llegaste a relacionarte con mi hijo Jack y formalizar un noviazgo años atrás, pero no llegaste a conocerme en ese momento porque quizá él olvidó a propósito el mencionar que yo, Rhea St. James soy su madre biológica.
Si sabias que Jack se lleva mejor con su madrastra, ¿o no?

Lena asentía, no podía decir que no.
Sabía la historia familiar de su ex novio, y sabía además que tenía otra suegra a quién jamás llegó a conocer por otras circunstancias.

Por otra parte Lillian sentía su corazón latir a mil por hora.
Esta era la ocasión que tanto temía y se demoraba en sacar a la luz.
Todos los problemas arrastrados por varios años finalmente estarían encontrándose en una solución precisa y concreta.

Lena lo ignoraba, se la pasaba viviendo en su mundo.

Lillian no quería seguir durmiendo otra noche más, sin revelar todo.
Por como Rhea llevaba la calma de la cena, ahora se daba cuenta de que de el vicio por la bebida de su hija no era del todo el tema que estarían tratando en la mesa.
No habría vuelta atrás.