Capítulo 4

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-Pero es diferente -ella respondió, su rostro pasivo, como si estuviera escondido en algún lugar de su mente, en algún lugar donde mis palabras no podían llegar hasta ella.

-¡No, no lo es! Podría salir de la tienda y ser atropellada por un autobús. Podría caerme sobre el hielo de afuera y romperme el cráneo en dos. Esto no significa que voy a perder mi vida sólo porque un día mi tiempo se va a acabar. Así que ya sabes cuándo vas a morir, felicidades, ahora tienes una fecha límite. Una fecha para hacer todo lo que siempre quisiste hacer. ¿Entiendes lo que estoy tratando de decirte? No se puede pensar solo en la muerte -mi voz había adquirido una especie de desesperación tratando de hacerlo entrar en razón.

-Pero no puedo -dijo, en voz baja y llena de melancolía, en un momento me pregunte si podía yo reparar a Lisa- me estoy cayendo Jennie, he estado cayendo durante tanto tiempo y no estoy seguro de saber cómo levantarme.

-Puedes caer, pero también puedes volar -dije, sintiéndome como si estuviera citando algo, pero no pude recordar que era- creo que se puede decir que mi trabajo es ser tu paracaídas -me encogí de hombros, avergonzada por una razón que no pude identificar.

-Está bien -dijo, mirando su taza, con sus manos alrededor de esta– perdón.

Agarre mi muffin y comencé a quitarle la envoltura, dándome cuenta de que no lo había probado- ¿Perdón porque?

-Perdón por no ser fácil de reparar.

Solté un suspiro sintiendo como mi corazón se comprimía- no pidas perdón. Nada de esto es tu culpa.

Ella asintió con la cabeza y me ofreció una sonrisa, hizo su mejor esfuerzo en sonreír. Hizo que me dieran ganas de pararme y abrazarla lo más fuerte que pudiera- gracias -me dijo.

-No te preocupes por eso -le devolví la sonrisa, tomando un bocado de mi muffin en mi boca -es merengue de fresa. Pensé que era sólo de color rosa.

Lisa levantó su muffin quitándole el glaseado primero- esta muy bueno.

-Oh dios, tú eres una de esas personas.

Me miro un poco confundida con una expresión adorable, con un poco de betún rosa en su nariz- ¿Qué personas?

Le di un mordisco al muffin- una de las personas que se come el glaseado primero.

Ella me saco la lengua, riendo un poco, Lisa era muy buena tratando de fingir que había olvidado su tristeza por un momento. Era como si hubiera estado fingiendo por mucho tiempo- me gusta el glaseado.

-A mí también -le contesté, tomando un sorbo de café- me gusta comerlo en mi muffin como debe de ser.

-¿Y quién te hizo rey de cómo saber comer un muffin? -me preguntó ahora el quitando la envoltura del suyo.

Me señale seria-yo misma.

Ella rió, fue una risa genuina, casi un sobresalto de sonido, como si hubiera olvidado como reír- no creo que yo -puso una mano en sus labios- bueno...

-¿Qué? -le pregunté, aunque yo ya lo sabía. Sólo quería oírselo decir.

-No pensé que me acordaría de como reír -sus ojos estaban completamente abiertos, llenos de una especie de asombro e incredulidad que daba vueltas en mi cabeza– gracias.

Abrí la boca para responder, pero me quede sin palabras. Había algo en ella, la forma en que me miraba. No sabía lo que era, pero Lisa era especial de una manera que nunca había visto antes.

De momento volteo su rostro hacia la ventana- Jennie, está nevando.

Me miró a través del cristal, mi mirada estaba sobre los gruesos copos blancos que giraban en el aire de invierno, cayendo en la acera como azúcar- se ve tan bonito -le conteste.

-Vamos a caminar sobre la nieve -dijo con una especie de sonrisa emocionada, con su expresión abierta e infantil, como si no hubiera ninguna preocupación en el mundo. La nieve se juntaba en la noche fresca.

Coloque mi taza de café vacía en la mesa, mientras me ponía mi abrigo- está bien.

Lisa se puso de pie, mientras comía el ultimo pedazo de su muffin y se dirigió a la puerta, en un momento pensé que saldría corriendo.

Hacía frío, pero en el resplandor anaranjado de los edificios y las farolas, hacían sentirme cálida, como si estuviera llevando una especie de fuego adentro de mí que corría por mis venas y
calentaba mis huesos.

Empezamos a caminar de nuevo hacia el hospital mientras nos sumergíamos en el paisaje nevado que nos rodeaba.

-No me gusta el invierno -dijo caminando mientras que por poco chocaba con un hombre de negocios- pero es hermoso, ¿no es así? -continuo.

-Todo es hermoso si sabes cómo mirarlo -le contesté mientras lo miraba.

-Eres tan filosófica- ella sonrió, deteniéndose para sacar su lengua y dejar que algunos copos de nieve cayeran en ella.

-Liners Cryptic uno de mis favoritos -le dije bromeando, observaba lo que hacía, mientras esperábamos a que cambiara el semáforo.

Cerró su boca y me contesto- deberías conocer a mi amiga Chaeyoung. Podrían tener una batalla de quien cita más libros-

-Voy a ganar -le contesté, retándola un poco a la vez con una sonrisa tonta.

-No estés tan segura -ella dio una vuelta, cerrando sus ojos como si quisiera flotar y olvidar todo.

Vi como uno de sus pies se fue hacia adelante, se deslizo y la sujete entre mis brazos, colocando su peso en mi pecho, ella me miro aturdida con sus ojos marrones clavados en mi mirada mientras los copos de nieve caían sobre su rostro.

-Te tengo -le aseguré, apretando mis manos alrededor de su cintura.

Ella se limitó a sonreír, mirándome completamente en paz- lo sé.

Entonces me di cuenta de que Lisa estaba equivocada, no era difícil de arreglar, solo necesitaba a alguien que estuviera dispuesto a repararla.

Catch Me, I'm Falling (Jenlisa G!P)Where stories live. Discover now