Capítulo 19

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–Llámame Romeo y suicidémonos juntos –le conteste imaginándome como seria mientras deslizaba la silla de ruedas con un poco de dificultad por el pavimento. Casi toda la nieve había sido limpiada de este, pero aún quedaba un poco de nieve sucia y hacía difícil el camino, me recordó a aquella tormenta que hubo cuando fuimos por primera vez por aquellos muffins. Supongo que recordaba cada día que había pasado con Lisa.

Ella soltó una risa mientras se acomodaba en la silla– ¿Suicidarnos juntas? He intentado hacerlo y te digo que no es tan divertido.

Parecía que Lisa tenía la habilidad de confundirme ante sus palabras y no sabía si reír o llorar– Lo tomare en cuenta.

No estaba tan largo el camino hacia la sorpresa, fuimos por unas cuantas calles más y nos subimos a un elevador.

–¿Entonces me llevaras a tu departamento eh? –me pregunto levantando sus cejas como si algo escandaloso fuera a pasar cuando entráramos al lugar.

Le di un pequeño golpe en su hombro– Si... algo así.

–Baja tus manos y cierra tus ojos –le ordene mientras bajamos del elevador, llegamos a la puerta y saque dos boletos de mi bolsillo. Habían sido recortados de unas tarjetas rojas de revista, tenían escrito nuestros nombres y 'Nueva York' con marcador negro– no tenía presupuesto suficiente para Nueva York... así que esto fue lo mejor que pude hacer.

Los ojos de Lisa se abrieron cuando coloque los dos pedazos de papel en sus manos, dirigió la mirada a sus manos y así pudo leer lo que decían. Yo solo la mire tratando de adivinar si tenía su aprobación.

Ella no se movió, solo fijo su mirada en mí, tenía una extraña expresión en su rostro. Una pequeña sonrisa apareció en su boca, sus ojos brillaban, parecía que habían fuegos artificiales en sus pupila– ¿Esto está bien? –le pregunte luego de un largo rato.

Ella asintió mirando los boletos y mirándome a mí a la misma vez– Claro que si... esto es...– hizo una pausa perdiendo las palabras– esto es perfecto.

Me sonroje un poco y mire hacia el suelo– No es nada –abrí la puerta con una mano y la otra la coloque en la silla de ruedas– ¿Vamos adentro?

Ella asintió, toque el timbre antes de abrir por completo la puerta y Rosé apareció abriéndola por completo– Bienvenidas a Nueva York, boletos por favor.

Deje escapar una risa ante su entusiasmo. Cuando regrese en la mañana de mi cita con el doctor la había encontrado aspirando la casa, ahí pude notar lo emocionada que estaba– Le dije que no se tenía que vestir elegante, pero veo que dejo de escucharme cuando le dije que vendrías –le susurre a Lisa.

Ella sonrió, una pequeña sonrisa que hizo que mi estómago sintiera algún tipo de mariposas– bueno creo que ella se ve encantadora.

Rosé sonrió y tomo el control de la silla de ruedas dirigiéndolo a la sala– Vez Jennie, ella me cae mejor que tú.

–¿Más que yo? ¡No lo creo! –me burle.

–Ella es más linda que tú, lo siento –me dijo, le saque la lengua mientras tomaba asiento en el sofá dándole pequeños golpes al sofá esperando que Lisa se sentara conmigo– Jennie y yo escogimos algunas películas de Nueva York, para que su vuelo sea entretenido.

Detrás de nosotros se escuchó la voz de Jisoo mientras asomaba su cabeza desde la cocina– Yo también ayude.

Hice un ruido de incredulidad mientras volteaba mi rostro para mirarlo. Jisoo no era la mejor actriz pero había hecho un gran esfuerzo por mantener nuestro pequeño secreto. Lo habíamos discutido y decidimos que esta noche estaría libre de cáncer. Rosé se enteraría con el tiempo, pero las dos pensamos que sería mejor esperar hasta saber que tan mal terminarían las cosas.

–Tú no ayudaste. Distrajiste a Rosé y luego sugeriste que Chicago sería mejor.

–No me importaría ir a Chicago –intervino Lisa sentándose a mi lado en el sofá, apoyando sus pies en la mesita de café.

–Bueno por ahora no puedes ir, nuestro vuelo es a Nueva York –le recordé mientras me quitaba mi chaqueta y lo colocaba en la punta del sofá.

–Oh es cierto, se me había olvidado –me respondió con una risa mientras se acomodaba en el sofá

–Escojan una película –dijo Rosé mientras sostenía tres diferentes películas en sus manos.
Lisa señalo con su dedo la película del centro– cuando Lisa encontró a Ruby Jane –levanto un poco su rostro y susurro conspiradoramente.

–Esta tiene mi nombre en su título –puse una cara de confusión.

 –¿Te llamas Ruby Jane? -ella me dio un golpe con su cabeza en mi sien.

–No, me llamo Lisa –voltee mi rostro juntando nuestras frentes. 

–¿Realmente te llamas así? -ella me miro por un momento y luego comenzó a reírse– ¡Claro que si!

–Su bebida de esta noche es chocolate caliente –anuncio Jisoo, sosteniendo dos tazas en sus manos interrumpiendo nuestra pequeña pelea– también tenemos té, pero Jennie me grita cuando toco sus bolsas de Té, así que entonces les hice chocolate.

Tome mi taza caliente de cerámica entre mis manos. El calor recorría por mis venas al sentir la calidez de mis dos mejores amigos. Era muy afortunada de tener a Jisoo y a Rosé en mi vida. Sin ellas probablemente ya me hubiera dado por vencido– Gracias Jichu.

Rosé termino de poner la película, se acercó a Jisoo y tomo su mano para irse– Disfruten su vuelo.

–Lo haremos –le contesto Lisa sonriendo a través de la bufanda que no se había molestado en quitarse.

–Gracias por hacer esto –les dije tomando una cobija que estaba en el suelo.

–Estamos felices de poder ayudarte –dijo Jisoo sonriendo, su clásica cálida sonrisa.

Se dieron la vuelta, Jisoo coloco su brazo en la cintura de Rosé y apagaron las luces para irse a su habitación.

Cuando se fueron, pensé en la tristeza que escondía en su sonrisa, justo como la sonrisa de Chaeyoung, Mina y todas las personas que conocían a Lisa. Ese era el problema con todos, no querían que nadie sepa que están tristes por ella. Le hacían creer a Lisa que era la única persona en el mundo que se sentía a morir.

Me acurruque con Lisa colocando la cobija entre nosotras para tratar de calentarnos, ya que la calefacción no estaba ayudando. Los créditos iniciales de la película comenzaron a salir cuando Lisa hablo, tenía chocolate caliente en sus labios.

–Creo que esto es mejor que estar en Nueva York.

Le di un pequeño golpe en su hombro– Pero estamos en Nueva York, tonta.

Ella se rió suavemente, coloco su taza en la mesa y se acomodó pegándose a mí hombro– Si pero, si estuviéramos en tu sofá viendo una película también sería perfecto.

Le sonreí tomando una de sus manos– Bueno creo que tienes razón.

Catch Me, I'm Falling (Jenlisa G!P)Where stories live. Discover now