010·•Paraíso•·

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+18. Antes de comenzar con el capítulo pido discreción y sobre todo respeto, si estos capítulos no son de tu agrado es totalmente omitible.
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En nuestros días buenos somos un puto encanto.

•••

Apenas la llamada terminó, su celular fue arrojado a los asientos traseros y sus manos se deslizaron hasta mi nuca, encargándose de enredar los mechones de mi corto cabello entre sus dedos, manteniendo mi cara firme y a la altura para que nuestros ojos no perdieran el contacto. Escrutó mi rostro, cada centímetro, tal como si estuviera evaluando una joya preciosa.

Trago en seco cuando una sonrisa ladina surca sus hinchados labios y no puedo evitar el estremecimiento sobre mis extremidades, la promesa de lo que vendría después se encontraban en el color oscuro de sus iris, Taehyung tenía esa clase de aura que te atrae y que sin darte cuenta te pones a su merced sin pensarlo dos veces.

Suelto un suspiro tembloroso, anticipado a la necesidad que empezaba a encerrarse en el auto y cuando por fin sus labios chocaron con intensidad sentí el alivio combinado con necesidad. Sus manos moviendo en actos suaves mi rostro para tomar un mejor ángulo y poder profundizar de manera ruda el beso, mis labios dolían y cosquillaban al sentir los contrarios. Los jadeos soltados sólo provocada una estancia calurosa y el sonido húmedo sólo provocaba que mi parte baja empezará a doler deliciosamente.

Siento su cálida lengua delinear mi labio inferior apenas nos separamos un poco, pidiendo entrada y me encuentro rechazando el movimiento.

—¿Estas seguro?—pregunto entre jadeos, me obligo a separar mi torso del suyo pero sus manos rápidamente vuelan a mis caderas para pararme, su sonrisa característica aparece, ancha, perversa y juguetona, removiendo la poca racionalidad que me quedaba.

Toma las esquinas de mi camisa, estirándola hacia arriba hasta quitarla de mi cuerpo, dejando a la vista mi bralette de encaje, y como si fuera posible sus pupilas se dilatan más de lo que estaban.

—Joder—maldice, su voz ronca y baja hacen temblar cada una de mis extremidades, maravillado con la tela que cubren mis pechos una de sus manos sube y con su índice repasa los bordes—, ¿qué más podría salir mal cariño?

El susurro salió incitador, embelesador y terriblemente íntimo. Baja su rostro lo suficiente para quedar a la altura de mi cuello, dejándome vulnerable y con un mar de emociones eufóricas. Pongo mis manos sobre sus hombros, dejándole por fin el acceso a mi cuerpo.

Jadeo sorprendida cuando sopla con juguetería sobre la piel sensible de mi cuello, sentía todo mi cuerpo más receptivo.

Lo necesitaba.

—Deja de jugar Kim—reprocho con la voz enronquecida por las emociones, una vaga risa suena antes de que sus labios por fin hicieran contacto con mi cuerpo, dejando un rastro húmedo y manchas rojizas.

—¿Estoy jugando?—murmura repentinamente serio con su aliento chocando contra mi piel, ahora sus manos mantenían un recorrido inconcluso por todo mi torso, encargándose de acariciar cada centímetro, dejando rastros de calor en cada lugar donde mimaba con demasiada concentración.

Cuando creyó que era suficiente, se alejó para volver a tomar mis labios, y aquello sólo se sentía como la primera vez, la calidez de su aliento sólo me distraía y me hacía sentir necesitada y sedienta de forma aterradora, el toque agrio con el mentolado (seguramente de su cigarrillo) sólo se mezclaba entre ambos cuando su lengua acariciaba la mía. Por unos largos minutos no hizo más que besarme, más que dar unas pequeñas mordidas y unas húmedas succiones, era tan poco pero parecía tan fuera de sí como lo estaba yo, desarmándome poco a poco. Con sus nudillos comenzó una caricia larga que inicio en mi nuca y siguió la línea de mi columna, me estremecí ante la sensación ansiosa.

—Desde ese día en el baño he imaginado las mil formas de hacerte pagar—susurro de pronto, casi como un suspiro ronco—, pero no había ninguna que no hayamos hecho, ninguna lo suficiente creativa para lo que me hiciste sentir.

Suelto un jadeo sonoro antes de ser yo quien tome la parte baja de su camisa blanca y sacarla de su torso en un acto meramente necesitado y torpe, rápidamente dirijo mis palmas a su abdomen apenas marcado pero lo suficiente para tenerme maravillada. En un acto meramente involuntario muevo las caderas en busca de una fricción mínima.

—¿Qué crees que pensaría tu novia al verte marcado?—mi pregunta salió más como una exhalación nerviosa pero aún con el miedo carcomiéndome dejo que mis labios vayan a su cuello, lamiendo y succionando hasta dejar un chupetón que tardaría días en desaparecer. Sisea una maldición antes de tomar él mismo mis caderas, moviéndolas a su gusto, justo donde se encontraba su erección.

En un movimiento desesperado hace que me levanté un poco hasta que mi cabeza roza con el capó del coche, sus dedos trabajando en el botón de mis pantalones. Toma la cinturilla hasta bajarlo por mis rodillas, bajándome nuevamente a su regazo, desliza la otra parte con dificultad. El contacto era mejor y no pude evitar soltar un pequeño gemido.

Un gruñido proviene desde su pecho al escuchar la llamada de tono de su celular, y con una sonrisilla me inclino lo suficiente para alcanzarlo. Me mira confundido y lo único que puedo hacer en encogerme de hombros.

—Puede ser importante—suelta un bufido molesto, y sin importarle que estoy a punto de contesta la llamada, trabaja en sus propios pantalones, quitándolos junto sus bóxer lo suficiente para dejar libre su erección, toma nuevamente mis caderas y haciendo aún lado mis bragas, entra en mí—¡Maldición! Eres un maldito idiota Taehyung—incluso con mis quejas empieza moverse y el cosquilleo recorre todo mi cuerpo concentrándose en mi abdomen—, es HeeSun—hablo entre jadeos, mi voz apenas era un hilito que en cualquier momento se rompería.

—Contesta—pide entre gemidos roncos y la adrenalina me hace cosas locas, recargando mi frente con la suya, deslizó mi pulgar en la pantalla hasta que la voz de HeeSun suena del otro lado. Muerdo mis labios con fuerza al sentir a Taehyung tomar algo de velocidad, es como si me incitara a que nos descubrieran.

Sin apartar mis ojos de los suyos contesto.

—¿Hola?

—¿Nahee?—pregunta confundida, el sonido obsceno de nuestras pieles chocar resuena por todo el auto y sólo estoy rezando para que no escuche nada—, ¿dónde está Taehyung?

—Ah, él se encuentre un poco ocupado—digo entre dientes, una sonrisa burlesca se asoma en las facciones duras del pelinegro, rodeando mi cadera con sus brazos pega mi pecho al suyo, nos encontramos tan cerca que no estoy segura de quien era el sudor que empezaba a formarse entre ambos—, pero puedo decirle que marcaste.

—Gracias Nahee.

Cuelgo tan rápido y aún con el celular en mi mano, pasó mis dedos sobre su cabello, esto sería mi perdición y no solo mía, podía verlo en sus ojos, él tampoco creía ser capaz de alejarse de mí, nos necesitábamos tanto que era aterrador. Odiaba la sensación de comodidad junto a él, era mi mejor amigo y ahora no tenía la menor idea si podía seguir considerándolo así.

Friendship rules | kth,jjk (Rules #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora