El Poder del Peligro DxD

Capítulo 8: Compasión, Traición y Ejecución

En el parque de Khuo, estaba una monja sentada en una banca con un libro con el nombre de la "Biblia" en sus manos, y esa monja es Asia con una sonrisa y luego aparto la mirada del libro y vio a una pequeña criatura tierna y roja, con dientes algo afilados y con orejas en forma de alas de murciélago. Esa criatura es Gigimon que estaba acostado en el regazo de Asia.

Dormía tranquilamente hasta incluso sintió las caricias de Asia, con sus suaves y delicadas manos, eso hiso que abriera los ojos y mirara a Asia que le deba una bella sonrisa e incluso él lo hacia.

Pero esta escena se estaba quebrando como un espejo que mostraba la verdadera realidad, mostrando a Asia en la plataforma encadenada con la cabeza abajo, y Guilmon que tendría las lágrimas que salían de sus ojos por ver como una persona especial para el morir sin un signo de vida.

¡Asia! – grito Guilmon con toda sus fuerzas el nombre de la monja que estaba a punto de morir.

Al fin lo tengo, el Artefacto Sagrado es todo mío – dijo Raynare mirando el brillo esmeralda en sus mano y luego lo traspasa en su cuerpo sintió una pequeña sensación extraña pero un poco placentera – Oh... Eso es, se siente bien tener este Artefacto Sagrado jejeje – muy satisfecha por tener lo que ella quiso, el Artefacto Sagrado de la Curación del Crespúsculos, pero no se sintió un poco satisfecha ya que sintió una especie de mirada que la preocupaba, ella vio que esa mirada era la de Takato que estaba cubierta por el pelo de su cabello – Y. Que te parece Takato ahora si me odias, si quieres puedo hacer que mueras en este momento. ¡Acaben con el! – dando la orden a unos de los sacerdotes encapuchados para que atacaran con sus armas en las manos a Takato.

¡Maldición! Son demasiados. Pero podremos con ellos si nos unimos – Dijo Yuuto poniéndose en posición de combate con su espada en sus manos, pero luego mira como Takato se acerca con unos pasos lentos hacia los sacerdotes hasta incluso unos de ellos dio un salto hacia a el para atacarlo en picada - ¡Takato! – gritando por ver como su amigo seria atacado por ese Sacerdote.

Protocolo de ataque N°2: Ojo Maldito – dijo Takato mirando con su ojo derecho a todos los sacerdotes mostrando el verdadero horror de ver a un gran dragón atrás de el que rugía una llamas de su boca hacia ellos, pero lo que no sabia era una ilusión para que ellos quedaran inconscientes y no se intervengan en esta situación.

Takato empezó a caminar hacia la plataforma, pero Raynare se lo impediría, ella lanzo unas dos lanzas de luz hacia el, unas de las lanzas se había trabado en la pierna derecha y en su hombro izquierdo. Pero esas lanzas no le impedirían avanzar hacia Raynare, luego de llegar miro fijamente a ella a unos centímetros a su rostro.

Al estar los dos mirándose fijamente, parecía como si el lugar estaba a punto de ser destruido, pero luego Takato dio un pequeño suspiro.

Porque lo hiciste – dijo Takato haciendo que Raynare se sorprenda por lo que dijo, el sentía la culpa por no ayudar a Asia pero sintió algo mas, sentía que era su culpa por no ayudar a Raynare que no lo hiciera – Tu nunca fuiste así, pero por culpa de esos sacerdotes – señalando a esos sacerdotes noqueados en el suelo- "Sobretodo el" – recordando como Dohnaseek le conto a todos los sacerdotes codiciosos que Raynare era un Ángel que vino al cielo - Pero, ahora entendí que habías sufrido mucho por culpa de lo que te habían torturado, y sobre todo te había dado algo importante - liberando una lágrima en su ojo izquierdo, por lo que Raynare hiso e intruso no pudo ayudarla de su ambición al poder.

Con todo eso Raynare estaba sintiéndose mas peor por dentro ella quiso llorar, pero no dejaría que sus emociones la controlara ya que logro lo que ella quiso, y ahora tiene otra cosa en común. Creo una lanza de luz y le traba en el abdomen de Takato hasta traspasarlo, y miro a Takato con una sonrisa desquiciada.