23.- Colombia - Bogotá.

798K 62.5K 50.1K
                                    

El hotel en cuestión, el Excelsior era bueno, bonito y barato.

Nate dormía plácidamente mientras yo escribía un poco sobre la historia que ya tenía bastante olvidada.

La vida de "Sky" estaba tomando un giro argumental muy extraño.

Porque vamos, nadie pasa de trabajar en una cafetería a viajar por el mundo.

Aunque claro, a mí me estaba pasando.

—Abby —susurró Nate y giré a verlo, pero estaba dormido.

Sabía que Nate hablaba dormido, pero nunca le había tomado importancia.

—¿Qué? —susurré lo más bajo posible para no despertarlo.

—Qué bonita eres.

Entonces una sonrisa surcó mis labios y solté una risilla mientras negaba con la cabeza.

—Charlatán —mordí mi labio inferior volviendo al texto.

Y el primer día no fue tan productivo.

Salimos por la noche a comer algo y luego regresamos a dormir.

Pero al día siguiente conocimos a una nueva amiga. Su nombre era Alicia.

Claro que no podía ser una guía para nosotros porque tenía seis años.

Pero su hermana mayor sí.

Allison.

—«Parce venga» —Me llamó la chica mientras caminábamos hacia una plaza. Bolívar, le llamó.

Oh, estaba lleno de palomas.

—Y-yo no... —me negué retrocediendo.

—¿Pasa algo? —giré a verlo y solo volví a retroceder, y como era de esperarse,me tropecé y caí al piso.

Y habían deshechos fecales de paloma.

—«Porca miseria. Madonna mia» —gruñí al ver mi chaqueta manchada y golpeé el piso, Nate rio ayudándome a que me levantara y me la quité.

—Deja de decir groserías frente a la niña —me susurró Nate al oído, yo lo miré y le pegué.

—No es una grosería, es una expresión, idiota.

Alicia giró a verme tapándose la boca y yo me mordí la lengua.

Oh bueno, creo que idiota lo es para ella.

Luego de alejarnos de esa linda plaza con aves asesinas, subimos a un cerro llamado Monserrate por teleférico terminando por fin en un parque de atracciones llamado Salitre Mágico.

—¿Otra montaña rusa? —se quejó Nate mientras entrábamos a la fila.

—Claro que sí.

Y subimos. Y Nate casi vomita, pero era parte de la diversión.

—¿Qué tal, eh? —salí saltando de la atracción mientras Nate caminaba despacio.

—Bueno, ha sido mejor que ser violado por un delfín —y volví a reírme.

—¡No puedes simplemente decir eso y no esperar a que no me ria! Debí tomarle foto —chasqueé con la boca acercándome a las hermanas— «Allison, ¿quieres un algodón dulce?» —le pregunté, a lo que ella asintió sonriente y nos acercamos a un señor que vendía muchas de esas cosas.

—Abby, hola —sonrió entrelazando mis dedos con los suyos, yo giré a verlo confundida.

—¿Qué? —susurré al verlo murmurar algo.

True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora