51.- Bronies y pegasisters.

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—Así que ellos también están aquí —habló riendo.

—Yo vivo aquí —se defendió Mateo.

—Y mi novia vive aquí, ¿cuál es tu excusa, franchuto?

—Mi nombre es Etienne.

—Seguro —contestó rápidamente frunciendo el ceño.

—Hola, he llegado —dijo Zoe chasqueando los dedos frente a nuestro hermano mayor, y mi novio— Exijo ser saludada.

—Hola "control v" —saludó Mateo abrazándola sin quitar la mirada de Etienne.

—Oh, hace tiempo no nos llamaban así —decía Zoe abrazándolo también, cuando se soltó, abrazó a Nate.

—Hola Gargamel.

—Zoe.

—¿Sí, Nate?

—Nada —gruñó alejándose y ella rio.

—Chicos, tengo un anuncio muy importante —mencionó mi hermana mirando a Etienne.

Pero alguien apareció.

Y estaba limpiando a Valentina.

—Eh, Zoe... No creo que sea buen momento —sonrió el francés algo asustado.

—¡Papi! —gritó Zoe y corrió a abrazar a nuestro padre que la recibió con los brazos abiertos, dejando a Valentina en el sofá.

—Mi niña, me alegra tenerte aquí antes de tiempo.

—Lo sé, me dieron vacaciones antes y decidí venir.

—¿Bonita?

—¿Sí papá?

—¿Qué hace ese saltimbanqui aquí?

—Papá...

—No me digas que volviste con este monigote.

—Eh... ¡Mamá! —gritó Zoe haciendo que Chloe y la mamma aparecieran desde la cocina.

—¡Oh, mi bonita!

Sí, a Zoe le decían bonita y a mí... Topi. Ratón, básicamente.

—Chloe, ella es mi otra hija, Zoe —entonces Chloe sonrió y la saludó.

—Así que ella es la famosa hermana —habló mirándome y yo encogí los hombros— Soy Chloe, la mamá de Nate.

—Mucho gusto, él es Etienne, mi novio —rio bajito mientras Etienne la saludaba y oía a Nate y papá gruñir.

—Bueno, ya —jaló a su mamá y la abrazó— Don Vini, ¿qué vamos a hacer con el franchuto?

—Dame a Valentina, hijo.

—Sí señor —asintió Nate acercándose a la escopeta. Yo fruncí el ceño y se la quite.

—No te preocupes Etienne, no está cargada y papá no haría nada.

—¡Abby! —se quejaron papá y Nate al unísono.

—¿Pueden dejar de comportarse como unos niños? —los miré y rodé los ojos.

—Nate, cariño. Enseñale a Etienne la habitación de huéspedes —sonrió mi mamá. Pero no solo sonrió, era aquella sonrisa amable que te obligaba a hacer las cosas.

—Okay —asintió haciendo una seña para que el francés lo siga, y desparecieron junto a Mateo que los siguió también.

—Zoe...

—Papá, les prometo que esto es real.

—Zoe, es la cuarta vez que vuelves con él. ¿No crees que está mal?

True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora