47.- Buenas noches Chispita [Bonus].

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—O sea que por eso estuvieron separados por un año —dedujo Theo.
—Aún no termino de contarte la historia, enano —habló Abby mirándolo con los ojos entrecerrados.
—No soy más un enano, tengo diecisiete —sonrió Theo alzando la ceja.
—Oigan, es navidad. No empiecen —dije apaciguando el momento.
—Tú eres un dominado, así que cállate Nate —dijo mi hermano riendo.
—Ese es mi primo —dijo Ty secando falsas lágrimas imaginarias.
—Bueno, ¿puedo seguir? —interrumpió Abby cruzando los brazos.
—Sí, sí. Debes seguir —asintió Theo concentrándose en mi Chispita.
—Entonces Nate se quedó con ustedes y su madre, y yo me fui a Leeds a estudiar, Nat estaba...

Abby's POV.

—Ay, Abby... No puedes seguir así. Ya va a ser navidad y tú estás acá metida estudiando todo el día.

—A eso vine, Nat. A estudiar —expliqué metiendo la nariz a más nos poder en los libros.

—Eres una persona muy rara, y conste que esto viene de una gótica a la que toman como bebedora de sangre.

—Nat, ¿quieres pizza?

—Claro —sonrió asintiendo.

—Pide una —hablé dándole dinero.

—Sí patroncita —me sacó la lengua y rio caminando al teléfono.

Rodé los ojos. Esta mujer había tomado tanta confianza, recuerdo los primeros días en los que a penas me hablaba.

Cuanta tranquilidad había.

El timbre sonó, pero yo no planeaba levantarme. Así que seguí leyendo hasta que oí mi nombre. Grito patrocinado por mi gótica amiga, por cierto.

—¡Abby, mira a quién me encontré aquí!

Salí arrastrando los pies y lo vi, me tapé la boca y salté a abrazarlo.

—¡Mi amor! —reí abrazándolo.

—¿Y no hay abrazos para mí?

Nate's POV.

Caminé un par de cuadras buscando la calle, miraba el papel y buscaba el número de la calle.

Era un gran desastre, seguí caminando un par de cuadras más y por fin lo conseguí.

—Aquí está —sonreí parado frente a aquella puerta.

Me había inscrito en una academia de baseball por un año para entrar al equipo de la universidad en Leeds.

Cuando terminé el entrenamiento, manejé hacia casa. Mamá me había prestado su auto y así la llevaba a su trabajo.

Ya tenía un mes en la universidad de Counterville y con los únicos que tenia un amistad fija, eran mis primos.

—Llegué —anuncié dejando las llaves en el mostrador.

—Hola mi niño —sonrió Rose mientras besaba su frente.

—Hola Rose, ¿está mamá?

—Sí —contestó mi madre, sonreí y la saludé— cariño, mañana tenemos que ir a la corte.

—Lo sé mamá, ¿hablaste con él?

—Sí, y ya aceptó lo que hizo.

—¿En serio?

—Ayer fui a hablar con él, me pidió perdón por todo. Dice que está muy arrepentido.

—¿Lo perdonaste?

True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora