¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La joven azabache caminaba por el extenso jardín. Observaba de vez en cuando las exóticas flores que se tambaleaban gracias a la gentil brisa. Pero no estaba ahí por gusto, es decir, si, pero ahora no pues buscaba a la deidad de la destrucción. Mordisqueó el interior de su mejilla, un tanto frustrada pues su búsqueda no tenía éxito.
Se detuvo en seco al sentir un ki aproximándose. Se puso alerta, era un ki muy grande, pero por suerte para nada maligno, su preocupación desapareció cuando advirtió que dicha energía era perteneciente a su querido hermano de peinado peculiar, el cual apareció frente a ella de repente.
-¿Qué haces aquí?-pregunto un tanto brusca
-Hace mucho que no te veo -habló Goku- ¿Cómo has estado?
-Bien, algo ocupado.-respondió mirando a su hermano de manera sospechosa- ¿Qué necesitas Goku? Tú nunca vienes aquí, al menos no para verme sino para entrenar con Bills
-Me atrapaste-rio nervioso rascando su nuca- ¿Quieres venir conmigo?
-No-respondió a secas- Tengo cosas por hacer. Y debo de buscar a Bills, no lo he visto desde la mañana. ¿Sabes algo de él?
-Eh, ¿Del señor Bills? No, no lo he visto-contestó Goku
-Qué extraño...
-Entonces... ¿Si vienes?-insistió
-¿A dónde?
-A la Tierra-respondió con una sonrisa
-Pero Goku...-suspiró- De verdad me encantaría ir pero...
-Bulma preparó un banquete...-canturreó sabiendo que su hermana no rechazaría tal cosa
Y eso, como si fuera una especie de palabra clave, abrió el apetito de la saiyajin. Sus ojos brillaron cuando miró a su hermano.
-Mmm...mis asuntos pueden esperar
Goku sonrió con alegría. Le extendió una mano a su hermana y ella gustosa la aceptó. Y usando la teletransportación, llegaron al planeta azul, mas específicamente, arribaron justo en el jardín trasero de la Corp. Capsula. Todo estaba sospechosamente silencioso, no se escuchaban las maldiciones de Vegeta, ni los gritos de Trunks, mucho menos los de Bulma regañando a su hijo y esposo.
-¿Y él banquete...?
Pero cuando se giró, su hermano había desaparecido, como arte de magia, se había esfumado.
La joven se giró en todas direcciones, confundida, frunció el caño al no ver a Goku por ningún lado.
Pero eso no le preocupaba del todo, su hermano podía cuidarse solo. Pero él le prometió comida y no se iría si haber probado bocado.
